El día 5 de enero de 1989 el sueño de Joao Havelange se hacía por fin realidad: en Holanda echaba a andar el I Campeonato del Mundo FIFA de Fútbol Sala.
La herida con FIFUSA (Federación Internacional de Fútbol de Salón) seguía abierta pero en Rotterdam todos los dirigentes intentaron quitar hierro al asunto afirmando que ya se habían dado los primeros pasos para acercar posturas entre el organismo oficial y el independiente.
Al acto de presentación celebrado veinticuatro horas antes acudieron personalidades importantes del fútbol once para dar lustre al campeonato tulipán.
En su parlamento Havelange (ex presidente en su día de FIFUSA) hizo hincapié en los motivos por los que FIFA había escogido esa plaza para el torneo y que no era otro que los cien años de vida de la federación neerlandesa.
Pablo Porta (Pablo, Pablito, Pablete...), representante español en FIFA y que era testigo en España de una guerra similar entre la RFEF y la Federación Española de Fútbol Sala presidida por el señor Alberca señaló que “nosotros estamos abiertos a cualquier negociación. Tenemos la creencia de que nuestras directrices en el juego son las adecuadas, pero en todo caso no poseemos La Biblia”.
El campeonato arrancó con 16 selecciones encuadradas en cuatro grupos:
- GRUPO A: Holanda, Paraguay, Dinamarca y Argelia
- GRUPO B: España, Brasil, Arabia Saudí y Hungría
- GRUPO C: Japón, Bélgica, Canadá y Australia
- GRUPO D: Italia, Zimbawe, Estados Unidos y Argentina
Lo más curioso de la expedición española era la presencia del colegiado de primera división Emilio Soriano Aladrén por designación directa de FIFA. El otro colegiado español, José Andreu Dubón, aclaraba los motivos de tan insigne presencia: “En este Mundial los árbitros que sólo nos dedicamos al fútbol sala estamos en clara inferioridad numérica. Entre todos los colegiados sólo cuatro estamos especializados en este deporte, un italiano, dos holandeses y yo. Pienso que esto es lo que se tiene que potenciar”. Y añadía: “No creo que Soriano Aladrén tenga ningún problema ya que en el fondo las diferencias existentes tampoco son difíciles como para no poder asimilarlas con facilidad”.
El campeonato sirvió también para experimentar algunos cambios en el reglamento:
- Reducir de cinco segundos a cuatro el tiempo permitido para poner el balón en juego después de que éste salga fuera o de cualquier falta.
- Se permitirá a los jugadores tocar el balón cuando estén caídos en el suelo, si bien no se les permite deslizarse sobre la pista en busca del mismo. Si lo tocan en estas circunstancias se considerará falta, le dé o no al jugador contrario. Si esta infracción se comete dentro del área, lógicamente se señalará penalti.
- Dos tarjetas amarillas para un mismo jugador significará su descalificación por cinco minutos.
- En el banquillo se autorizará la presencia de seis suplentes.
- El árbitro estará auxiliado por un linier, si bien el tiempo lo controlará siempre el árbitro principal. Habrá también un controlador de mesa cuya única potestad será la de supervisar el tiempo de descalificaciones de cinco minutos
Para la jornada inaugural se programaron dos partidos en Rotterdam: Holanda-Dinamarca a las 20.15 horas y Paraguay-Argelia a las 21.30 h.
Los nuestros, dirigido por el sabio Teodoro Nieto, tendrían que espera hasta el Día de Reyes para estrenarse oficialmente ante la débil selección de Arabia Saudí.
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