Les propongo el reto de adivinar mi dedicación principal. Así podrán saber quién les habla desde aquí abajo. Ahí van unas cuantas pistas para resolver el rompecabezas: en Argentina me llaman tapón pero no vivo en una botella, aunque acertarán los que piensen que paso mucho tiempo tirado por el suelo; tampoco soy una serpiente, y eso que me arrastro de cuando en cuando por la hierba; ni tampoco soy un topo, pero
solamente me asomo a la luz cuando a mi dueño cabalga o lo hacen rodar por el terruño; ni una flor, y miren que llueven a manojos cuando nos sale una buena tarde. Sí, soy yo, lo han adivinado. Soy
el taquito de la bota derecha de
Messi, esa que el planeta entero vio cogida de su mano una mágica noche romana. ¿Me van poniendo cara ya?
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