El día después de Reyes de 1973 jugaban en Pasarón el Pontevedra CF y el Sevilla FC en partido correspondiente al Campeonato Nacional de Liga de Segunda División. El partido fue ganado por el equipo local por dos goles a cero pero sería recordado siempre por el trágico hecho protagonizado por Pedro Berruezo, jugador hispalense de 27 años que, a los cinco minutos de la reanudación cayó desplomado sin haber intervenido en jugada alguna. Fue atendido sobre el mismo césped por el médico del Pontevedra y trasladado en camilla a la enfermería. Allí se recuperó, pero nuevamente sufrió una recaída, por lo que fue conducido de urgencia al Sanatorio Domínguez, en el cual ingresó cadáver.
Pedro Berruezo dejaba una hija y una esposa en estado de buena esperanza.
Lo trágico del asunto es que dos meses antes, jugando en Sánchez Pizjuán contra el Barakaldo, tuvo que ser retirado por un desvanecimiento similar y entonces los médicos zanjaron el asunto diagnosticándole una lipotimia.
Ahora me acuerdo de Antonio Puerta, caído también en acto de servicio en el coliseum de Nervión.
En una entrevista publicada en El Mundo Deportivo el 22 de febrero de 1969 a Berruezo lo calificaban como El Delantero Nato. En ella hablaba de su estado físico:
"Como profesional, solamente tuve rotura de menisco y últimamente, a principio de temporada, fui operado de una cicatriz fibrosa en el muslo. Pero ya estoy perfectamente recuperado de todo, sin resentirme de nada".
La charla terminaba con los mejores deseos del redactor para el ariete recién llegado a Sevilla:
"Estas fueron las impresiones de Pedro Berruezo Martín, el notable jugador, ayer del Málaga y hoy del Sevilla, andaluz por los cuatro costados y una promesa que ya se convirtió en realidad. Su suerte está echada. Por tantas cualidades personales y deportivas como posee, su porvenir en el fútbol tiene que ser brillante..."
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