El 25 de enero de 1978 se jugó el partido de vuelta de la final del Nacional 1977.
Ese día era el cumpleaños número 24 de Ricardo Bochini. En la ida celebrada en la Doble Visera, Independiente y Talleres habían igualado a un gol y para la revancha en Córdoba fue designado el colegiado Roberto Barreiro.
En Barrio Jardín se adelantó El Rojo con un gol Norberto Outes que neutralizaría de penalti Cherini a los quince minutos de la reanudación. Diez más tarde el colegiado no vio la clamorosa mano de Bocannelli para el segundo de los matadores y las airadas protestas de los jugadores de Independiente terminaron con Trossero, Galván y Larrosa expulsados del partido. Quedaba un cuarto de hora e Independiente necesitaba solamente un gol, pero contaba con tres elementos menos sobre el terreno. El Pato Pastoriza se la jugó para encontrar ese tanto que daba el título a los suyos por el valor doble y sacó de la cancha a César Brítez y Pedro Magallanes. En su lugar colocó a Mariano Biondi y Daniel Bertoni. Y entonces Zipi y Zape, Bochini y Bertoni, dibujaron una pared que el Bocha emboquilló de zurda para vencer al cancerbero Gibaudo. Sólo hubo silencio en el bando cordobés y éxtasis para los de la camiseta colorada. La sombra de Bochini, que siempre aparecía en las citas importantes, se iba haciendo todavía más alargada.
El día de su aniversario, el Bocha, se consagró definitivamente como el mayor ídolo de los Diablos Rojos. Su mejor socio de siempre, Daniel Bertoni, jugaba aquel día su último partido con los de Avellaneda. Había firmado contrato con el Sevilla FC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario