viernes, 27 de agosto de 2010

Historias de salón (IV): Laporta campeón de España

La primera compañía que confió en mis posibilidades como trabajador por cuenta ajena tenía sede social en el polígono Espíritu Santo de Sada, en A Coruña, donde dicen los mentideros que nació para España el fútbol bajo techo.
Cerramos el trato de lunes y el martes ya dejaron a mi cargo las llaves de un Nissan Terrano largo del que colgaba un remolque varios kilos por encima de la ley.
Mi compañero de entonces había sido jugador de cierta importancia en las inferiores del Sporting de Gijón y llegó a alternarse en el escaño con el gran stopper de Marentes Abelardo Fernández Antuña, hasta que la recurrente lesión de rodilla le obligó a apearse del camino de la gloria. Luego malvivió por regionales y con la Piloñesa, en Cangas del Narcea, hizo un gol de palomita que dejaron inmortalizado en las páginas deportivas de El Comercio de Gijón.
La primera faena que nos encomendaron consistía básicamente en diagnosticar las instalaciones de Electra de Viesgo en Cantabria y Palencia. Recuerdo que nos metíamos en el buzo de obra para que los hoteles nos hicieran precio de jornalero. Lo conseguimos en uno que se estrenaba entonces en Igollo de Camargo y luego casi todos los compañeros que pasaban por allí en tournée ociosa o laboral se acoplaron a nosotros para hacer noche y sacar unos dinerillos con las dietas.
Fue ahí al lado, en Revilla de Camargo, donde tuvo lugar una historia curiosa ocurrida en junio del año 1984. Es la historia de la I Copa de España de fútbol sala de la Real Federación Española de Fútbol. Con el panorama salonístico español partido en dos pedazos, se presentaron en el hotel de concentración de Noja los cuatro equipos que iban a pelear por el trofeo: Cruz La Joyita de Murcia, Unión Sport de Madrid, Tradehi de Oviedo y Náutic-Kerzo de Castelldefels.
Lo curioso del caso está en la citación del equipo catalán que se había cargado en cuartos de final al vigente campeón de liga, el Chaston de A Coruña.Y es que entre los desplazados a Santander por el preparador de Castefa se encontraba un jovencísimo aspirante a picapleitos que respondía a la voz como Joan Laporta i Estruch, ex presidente años después del F.C. Barcelona, antipatriota reconocido y habilidoso como pocos en el arte de lo mío para mí y lo de los demás a medias.
En la página 20 de El Mundo Deportivo del 23 de junio de 1984 se puede consultar la convocatoria conformada como sigue:

- Portero: Quique Llorens.
- Jugadores de pista: Dani Armora, Jordi Coll, Anselmo soriano, Javi Llorens, Francisco Tortosa, Juan Carlos Mas, Oriol Roig y Jan Laporta.

En lo puramente deportivo resaltar que a última hora causó baja el Unión Sport de Juan Manuel Gozalo y que su lugar fue ocupado in extremis por el Helios Valladolid, que caería en semifinales ante el Tradehi asturiano por 3-4. El mismo resultado se dio en la otra eliminatoria, con el Náutic-Kerzo imponiéndose al Cruz La Joyita murciano.
Para las 12:00 horas del domingo 24 estaba prevista la final entre catalanes y asturianos que llegó al tiempo suplementario y se decidiría finalmente desde el punto de penalti. Con 4-4 acabó el tiempo efectivo de juego y en los tiros libres los catalanes se quedaron definitivamente el trofeo.
Por eso, y a pesar de que no le hará mucha gracia recordar aquel campeonato en el que no pudo disfrutar de minutos para mostrar su valía, es necesario gritarlo fuerte a los cuatro vientos:

¡Laporta, aunque te joda, eres campeón de España¡

Participaron en aquella memorable final los siguientes jugadores:

NAUTIC KERZO: Quique Llorens; Dani, Coll, Oriol y Xavi Llorens - cinco inicial - Anselmo, Qucu y Carlos.

TRADEHI: Falo; Toyos, Alvaro, Fredy y Quini - cinco inicial – Lora, Francis y Chema.

Luis Artime

Pancho Puskas cayó en el glorioso Deportivo Alavés por culpa de un agujero que tenía en la mano por el que se escapó el vagón de plata que había amasado goleando con el calzoncillo blanco de Real Madrid de los Kopa, Rial, Di Stefano y Gento.
Tras colgar los botines en el Bernabéu se vistió el chándal y con el silbato enrollado al cuello comenzó un periplo por los banquillos de medio mundo para mantener vivo el nivel de despilfarro y generosidad que le llevaron a la bancarrota en los últimos días de su vida.
Comenzó el verano del sesenta y ocho en el club babazorro de la mano del entonces presidente albiazul Jaime Gómez de Balugera camuflado como director deportivo y ejerciendo a escondidas de preparador hasta que el Indautxu le forzó la renuncia una fría tarde del mes de enero de 1970.
El 2 de junio de ese mismo año firmó contrato con el Panathinaikos de Atenas con el que alcanzaría la final de la Copa de Europa de ese curso jugada en el estadio Wembley de Londres.
Tuvieron que lidiar allí con el temible Ajax de Amsterdam dirigido por Rinus Michel y capitaneado por Johan Cruyff y otras figuras del momento como Johan Neeskenes o Arie Haan.
Ese fue el primero de los tres títulos consecutivos de los tulipanes que luego renunciarían a representar a Europa en la Copa Intercontinental.
Enfrente del Nacional de Montevideo se puso entonces el equipo heleno de Cañoncito Pum que logró igualar en el primer partido el gol de Luis Artime y sucumbió en el estadio Centenario por dos goles otra vez del centrodelantero argentino del equipo oriental.
En el Decano contaban aquellos años con un elenco sobresaliente, encabezado por Montero Castillo, el padre de Paolo Montero, Luis Cubilla y el joven Víctor Espárrago, que luego alcanzaría renombre en nuestro país dirigiendo al Cádiz CF, pero sin duda era Artime el que asomaba por encima de todos:

"En todos los clubes por los que he pasado, he ganado. Nunca he llevado la cuenta de los goles que he marcado en mi carrera, pero esa cifra debe de rondar los 400".

jueves, 26 de agosto de 2010

futbolycojones.com: Sandokán

Cuando decidimos dar forma al equipo de futbolycojones.com sólo hubo una cosa que tuvimos clara desde el principio y esa era la del nombre del futbolista que iba a ocupar la banda derecha.
Algún desaprensivo dejó caer el nombre de Francisco Javier Sánchez Jara, alias El Bigotes, con la peregrina argumentación de que su polivalencia al lado de la cal le permitiría echar una mano cuando vinieran mal dadas en la posición de medio volante escorado, pero ni yo, ni el resto de los técnicos, quisimos cometer el error de Johan Cruyff cuando el sistema se le subió a la cabeza.
Porque lo de El Holandés Volador después del fiasco de Atenas fue de traca. Medianias del tipo Cela, Escaich, Geli o el propio Sánchez Jara recalaron en la Avenida de Les Corts para reafirmar ante los críticos que el dibujo era lo único innegociable en el Camp Nou.
Al entrañable Bigotes lo cambiaron por Angel Cuéllar cuando a Johan lo invitaron a sacar sus cosas de la taquilla azulgrana.
Por eso nuestro carrilero siempre fue Juan José Jiménez Collar, el inolvidable Sandokan, aunque yo, que no soy tan de la época de Kabir Bedi, siempre le saqué más parecido a Ulises 31 o a Jesucristo Superstar.
Juan José hizo carrera en el Cádiz, fue traspasado al Real Madrid hasta que Mendoza le pegó una patada en el trasero, y en la selección española, donde jugó cuatro encuentros para caerse de la lista definitiva del mundial de España.
Volvió al recordado Cai de mediados de los ochenta con los Mágico González, Mejías, Chico Linares y Carmelo donde se convirtió en un referente por su garra, entrega y sus rapidísimas incursiones por la banda.
Pero si por algo es recordado Juan José es por su poca afición al estilismo y el glamour, lo que lo convierte sí o sí en el carrilero ideal para futbolycojones.com.
Su larga cabellera y su ensortijada y poblada barba pasearon no hace mucho el oficio de tubero por la costa del sur y ahora intenta colocarse en un geriatrico para ayudar a los mayores porque como él mismo cuenta en una entrevista reciente “no pensé en colocarme en el mundo del fútbol como entrenador o como alguien ligado a esto. Cuando era jugador ya no me gustaba entrenar, así que vi que no podría hacerlo después. No era lo mío”.
Sin embargo las malas lenguas, que las hay, lo sitúan todavía despegando sus pelotas del poste del Bernabéu después de la gambeta que Maradona le regaló en un partido de Copa de la Liga.
Ahora nosotros le confiamos nuestro carril derecho.
Que lo defienda como siempre.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El partido de la muerte

El Mundo Deportivo - 25/08/2010
Se privatiza el campo donde ucranianos y nazis jugaron en 1942.
Ayer estaba imprimiendo un recopilatorio de viñetas de Roberto Fontanarrosa agenciado de forma fraudulenta y mientras la copiadora escupía sin parar cuartillas tintadas me sorprendí en medio de un prólogo brutal que arranca así:
“La que yo digo era en blanco y negro, se llamaba “Match en el infierno” y la dieron hace mil años”.
Se refiere el Negro a la época en la que siendo todavía un pibe acudía al cine Monumental a ver por lo menos dos pases de película diarios, la principal y la de complemento
Allí vio esta cinta húngara de principio de los sesenta que años más tarde revisaría a todo color John Huston en “Evasión o Victoria”.
Es precisamente este remake el que pone fuera de sus casillas a Fontanarrosa:
“Por supuesto, por respeto a la memoria de la primera, no fui a ver esta otra, máxime cuando me enteré que atajaba Sylvester Stallone. Me pareció bien que, en un film donde laburaban Ardiles y el negro Pelé, entre otros, lo mandaran al arco al troncazo de Rambo pero, así y todo, juré no volver al cine mientras atajara ese tipo”.
En los dos casos la historia es la misma, a saber, los nazis desafiando a los prisioneros de un campo de concentración alemán a un duelo con pelota de por medio pero el desenlace de una y otra se parece como un huevo a una castaña:
“Sylvester es uno de los que no se aguantan esas cosas, como no se aguantó el final de “Primera sangre”, el atrapante librito de David Morrel, de donde sacó a John Rambo. En “Primera Sangre” el ex combatiente de Vietnam termina recagado a balazos, como muy lógico corolario para cualquier tipo que le pegue a la policía, mate a varios de ellos y, por si todo esto fuera poco, destruya un pueblo de punta a punta. Sylvester consideró que no era constructivo deprimir así a sus compatriotas y, en su película, si bien Rambo termina llorando como un mariquita, queda lo suficientemente vivo como para enfrentar los futuros riesgos de varias superproducciones más”.
Queda claro que a Fontanarrosa la película americana le provocaba tremendos sarpullidos y por eso su libro, el que yo estaba pasado a edición en papel, se tituló “El fútbol es sagrado”.
Esta sentencia sale de la boca de la figura de los condenados cuando alguien sugiere huir en vez de jugar el partido:
"Y fue ahí, ahí mismo, cuando pronunció esa frase que para mí se inscribe entre los grandes speeches del cine mundial, comparable al discurso de Marlon Brando ante el cadáver de Julio César, o a los argumentos de Spencer Tracy en “Heredarás el Viento”. Jo agarró la pelota, la tiró para arriba, la durmió en el empeine cuando caía y dijo: ¡El fútbol es Sagrado!...
Algo parecido, vestido con el tradicional patriotismo americano, ocurre en el medio tiempo de "Evasión o Victoria".
Lo trágico de todo esto es que ese enfrentamiento ocurrió de verdad y pasó a la historia como el partido de la muerte.
Se celebró un día 9 de mayo de 1942 en ese mismo estadio que hoy pasa a propiedad privada.
No seré yo quién desvele el remate, pero en "Los partidos del siglo" John Ludden le dedica el primer capítulo y como no podía ser de otra manera lo titula "La historia más grande jamás contada".

martes, 24 de agosto de 2010

Cangas, mi Cangas...

Hay ocasiones en la vida en las que un equívoco provoca una satisfacción igual o mayor a la de la certeza misma.
Eso le ocurrió la semana pasada a la buena voluntad de Lety que, en su noble intención de restituir a mi biblioteca una edición de "La piedra de colores" de mi primo Narín, depositó en mis manos unos cuantos "Cachinos de Cangas" firmados por Manolo Román.
Es evidente que ataqué el volumen por la línea media, donde viene incrustado un puñado de nostalgia en forma de fútbol de antaño y hogaño a través de algunas reseñas a la Sociedad Deportiva Narcea: los años veinte y treinta con Chichi, Ñan o Paco Chichapán; los cincuenta con Manolo Miranda, Dioni o Barberán y Chichi por supuesto; los sesenta con mi tío Frailín, Pipo o Juaquinito y otra vez Chichi acompañado ya por su hijo Luis; y el Narcea contemporáneo al libro, dirigido en los despachos por Queipo y en la cancha por aquel zorro plateado llamado Javier que había sido futbolista del Real Oviedo.
Leyendo aquellas líneas tuve dos sensaciones encontradas: la primera de decepción por no haberlo catado antes y la segunda de satisfacción por tenerlo por fín tan al alcance de los ojos.
Sin embargo hubo algunas cosas que le llamaron la atención.
Una muy curiosa: al posicionar en las formaciones a Ceferino Arias o a Luis Arias el autor escribe en los pies de foto Chiche en lugar de Chichi. Serán las nuevas generaciones de esta saga interminable las que me aclaren esta duda.
La otra significativa y que había oído de pasada a los mayores. Tenía que ver con las época estivales en nuestra villa donde de tarde en tarde futbolistas de pedigrí reforzaban al Narcea en sus partidos amistosos.
Cuenta Manolo Román que Chuché y Caramelero, del Real Oviedo, se lucieron en Cangas, pero sin duda alguna el más célebre equipier que pasó por aquí fue Severino Goiburu Lopetegi, primer jugador internacional de Osasuna de Pamplona y autor de seis dianas en doce participaciones con la zamarra nacional.
Aquel personaje corriendo en Cangas con calzón corto debió ser la de Dios es Cristo, porque a parte de Osasuna, Goiburu desarrolló su carrera también en el FC Barcelona durante tres temporadas y en el Valencia CF hasta su retiro en 1941.
En aquellos años, donde el amateurismo se estaba abriendo de piernas ante el viril empuje del profesionalismo, Seve Goiburu debutó con España haciendo un gol en partido disputado en Vigo ante el intocable combinado húngaro para la victoria de los nuestros por un sorprendente 4-2. Era un 19 de diciembre de 1926 y el duelo se escenificó en el campo de Coya.
Goiburu era el jugador que resolvía, el hombre definitivo dentro de los dieciseis metros y por eso se convirtió en habitual en la oncena de la furia hasta casi alcanzar citación para las preliminares del segundo Campeonato del Mundo de 1934.
A pesar de quedarse a la puertas como le había ocurrido en las Olimpiadas Amsterdam, en esa ocasión por su recién estrenada condición de profesional, Seve Goiburu tuvo tiempo de coincidir en el vestidor con personajes fundamentales para comprender esa historia que gira al son de la pelota como Ricardo Zamora, Errazquin, Samitier, Regueiro, Ciriaco, Quincoces o Patxi Gamborena, que curiosamente se fue de este mundo veinticuatro horas antes de hacerlo Goiburu en julio de 1982.
Pero como hombre gol que fue es de justicia recordar el goal más importante de su carrera y que consiguió ante los inventores del juego en el Estadio Metropolitano de Madrid.
El día de San Isidro de 1929 España se enfrentó a Inglaterra y a su estadística en partidos amistosos que decía que en veintidós cara a cara contra equipos continentales unicamente habían cedido una igualada ante Bélgica, que por algo eran Campeones Olímpicos.
Pues con eso y con todo les hicimos la fiesta anotando el gol definitivo para el 4-3 aquel jugador que se acercaba por Asturias en tiempos de estío para matar el gusanillo de patear una redonda de tiento.

lunes, 23 de agosto de 2010

El clásico de Montevideo: Peñarol-Nacional

Tanto se querían que no podían terminar sino vinculados como buenos católicos que eran.
Yo los recuerdo desde siempre siendo novios, primero en el parvulario, más tarde en el colegio, sentados el uno junto al otro, en el instituto y en la facultad estudiando medicina.
Por eso aquella mañana estabamos allí todos con zapatos nuevos, camisa blanca radiante, corbata más o menos bien ligada y traje recién salido de la tintorería.
Los amigos de siempre y los que se fueron incorporando en cada etapa vital, familiares cercanos y los de la lejanía, los padres de ella, separados recientes, conocidos, todos.
Se nos casaban por fín y sus caras reflejaban la felicidad de estar realizando un sueño de niños.
Porque eso eran todavía, unos pollitos de veintitres años.
Recuerdo a Rafa pensando en ser padre por primera vez:
-¿Te imaginas...? yo siendo padre, jugando con la pelota de trapo en el jardín, llevando al chaval al entrenamiento en Los Céspedes, al lado del primer plantel, y los domingos a partidos de inferiores, y luego, si está dotado, que lo estará seguro, subiendo de cuarta a tercera, y luego a segunda, y un día tú y yo en la popular de Parque Central viendo el clásico de Montevideo y él haciendo el gol de la victoria...¿Te imaginas?.
Le conocía desde siempre y sólo había una cosa que podía superar el amor por Marta, su adicción a Nacional de Montevideo:
-¿Y si me sale de Peñarol?- se preguntaba a veces poniendose en lo peor.
-No- se contestaba a si mismo- eso no puede ser. Antes me suicido. Sólo pensarlo me saca de quicio.
Había discutido muchas veces sobre ello con Don Gabriel, el padre de Marta, que siendo joven fue profesional con los aurinegros de Peñarol, y yo creo que incluso en alguna de aquellas refriegas tuvo que reprimir el impulso de golpearlo.
Después de todo iba a ser su suegro y eso no estaría bien visto, por mucho que el anciano le restregara una y otra vez que Peñarol tiene más gente, más Libertadores y veintidós victorias de ventaja en el historial.
No había pasado un año desde la ceremonia, cuando ella se quedó en cinta.
Fueron meses en los que el corazón le paltitó de todas las formas diferentes.
Iba y venía,hablaba a solas, desaliñado, rezando a Dios que le diera un nueve, o por lo menos un carrilero zurdo, que tal como está el panorama, decía, lo mismo tiene más oportunidad de llegar arriba, a un equipo grande.
Aquello estuvo a punto de enviar a Rafa a la fosa, que seguía dándole vueltas al asunto y comprando a escondidas la equis ese de la tricolor, y vistiendo muñecos de felpa para imaginarse por un momento como sería su bebito con aquella prenda que adoraba mucho antes incluso de saber pronunciar la palabra papá.
Todavía tengo en la cabeza aquella llamada de teléfono y su tono de voz, cómo de mal augurio, haciéndome mal creer que algo había ocurrido.
Era el día de la ecografía y yo no pude acompañarles por un asunto que ahora mismo no me viene a la cabeza.
Me puse en lo peor, tengo que ser sincero.
Un aborto, una malformación, Dios sabe lo que me pasó por la cabeza en aquel instante que pasó desde que descolgué el aparato hasta pronunció mi nombre:
-¿Carlos?
-Sí- contesté.
-¿Sabes? no es justo. No, no lo es. Carlos, no es justo.¿Por qué?
Repitió aquello no sé cuántas veces mientras a mí me empezaron a temblar las piernas.
-Una niña Carlos, es una niña. Que Dios me perdone, y ellas también que son dos cielos hermosos,pero en cuanto las tenga de vuelta en casa, me pongo a fabricar un nueve, te lo juro por lo que más quiero.

miércoles, 18 de agosto de 2010

El Loco Gatti

19 de agosto de 1944: Nace Hugo Orlando Gatti, revolucionario arquero de Atlanta, River, Gimnasia y Esgrima y Boca. Innovador en el puesto, es el jugador argentino con mayor cantidad de partidos oficiales jugados y penales detenidos igualado en esta faceta con Ubaldo Matildo Fillol.
La facilidad del Loco Gatti para soltar paridas a cualquier hora del día es algo que cualquier aficionado al fútbol conoce de sobra. En Club de Fútbol primero, y últimamente en Punto Pelota al lado siempre de Pedrerol, no hay momento que no deje alguna de sus perlas para la posteridad.

Ahí están sus desafortunadas apreciaciones sobre Iker Casillas para corroborarlo:

"Puede ser el mejor del mundo en su puesto y eso a pesar de ser un portero horrendo.Casillas no conoce el abc del arco".


Pero cuando alcanzó el culmen de la prepotencia y la fanfarronería fue en su época de jugador desempeñando como guardavallas de Boca Juniors.

El Achique de Dios, como era conocido por la salida que patentó, se enfrentó en 1980 en un partido a Argentinos Juniors, equipo en el que ya destacaba un jugador menudo con el 10 a la espalda.

"¿Quién? Ese gordito no puede marcarme un solo gol".

Ese día, como ahora con San Iker, El Loco Gatti pinchó en hueso.

¿Quién podía ser el prometedor número 10 del equipo de La Paternal?

Pues el mismísimo Diego Maradona, que respondería en la cancha al domingo siguiente, cuando le anotó 4 goles en el estadio de Vélez Sarsfield para la humillante victoria 5-2 sobre los Xeneizes.

Y tuvo suerte Gatti que Diego dejara el Barcelona el verano del 84, porque en el Gamper de ese año el Barςa de Venables y Archibald le coló 9 en una noche fatídica que haría bien en recordar cuando tiene la tentación de sacar la lengua de paseo para atizar a diestro y siniestro a todo el que pasa por allí.

O tal vez esa noche decidió experimentar en sus propias carnes uno de los consejos gratuítos con los que obsequia a menudo al portero del Real Madrid y de La Roja.

"Si fuera su técnico le daría una copita de whisky. Quita la inseguridad"

lunes, 16 de agosto de 2010

futbolycojones.com: Los porteros

El sábado de madrugada se celebró en el Bar Trasgu de Cangas del Narcea el casting para cubrir la portería de futbolycojones.com.
La convocatoria resultó de un éxito sin precedentes y a la llamada del recuerdo acudieron guardavallas tan insignes como Amador del FC Barcelona, Montes del Real Valladolid, Burgeña del CD Málaga, Pereira del Atlético de Madrid, Domínguez del RCD Espanyol o Manzanedo del Valencia CF.
Todos ellos daban el perfil requerido: ser calvos o bigotudos y no ser recordados por los buenos aficionados por sus logros deportivos si no por por su peculiar aspecto físico.
El discurrir de la noche y los efectos de los vapores etílicos hicieron la criba definitiva y de ella salieron los dos inquilinos que tendrán a partir de ya el honor de formar parte de este equipo lleno de mística.
El primero de ellos es Joan Capó, cancerbero de discretísima presencia en primera división al que recuerdo guardando la meta del Sabadell en la Nova Creu Alta. Jugó también de celeste en Vigo donde los celtarras lo bautizaron como O porteiro descapotable.
En su hoja de servicios figura el haber viajado como tercer guardapalos en la convocatoria del FC Barcelona que se paseó por el Bernabéu de la mano de Johan Cruyff en aquella inolvidable noche del 0-5.
El otro elegido es Carlos Meléndez, alias Macario, criado en la cantera de Lezama y que disputó algunos encuentros también en el Espanyol de Barcelona cuando Javi Clemente se lo llevó puesto de San Mamés.
A día hoy trabaja como preparador de porteros en el equipo que le vio nacer como suplentísimo para este negocio de atajar balones y es habitual verlo sentado al lado de Jokin Caparrós en ese museo del mostacho que es ahora el banquillo del Athetic Club.
A ellos dos les corresponde guardar la garita de esta camarilla de fútbol ochentoso, porque la fortuna, esa diosa que tantas veces les dio la espalda, lo ha querido así.
Suerte.

jueves, 12 de agosto de 2010

Quiero verla otra vez

Trofeo Bicentenario México 2010

Miércoles 11 de Agosto de 2010, 15:00 hrs.

MEXICO 1-1 ESPAÑA

Estadio Azteca, México, D.F.


miércoles, 11 de agosto de 2010

futbolycojones.com: Carmelo

Todos hemos sido niños alguna vez y hemos corrido al quiosco a comprar de forma compulsiva sobres buscando las estampitas de los dos o tres principales para completar el álbum de la temporada.
En aquellas edades tan tiernas no alcanzábamos a imaginar que todo estaba perfectamente tejido para que esas caras sólo aparecieran muy de tarde en tarde y cuando el campeonato iba ya muy avanzado.
Algo parecido solía ocurrir en las vísperas de Navidad, cuando ese amiguito que todos hemos tenido repetía una y otra vez que su tío de Suiza le iba a poner ese año no sé cuantas bicicroses, seis o siete scalestris e incluso el escaparate completo de Morodo.
Pero fueron pasando los años y, mientras seguíamos edificando la maldita montaña de cromos repetidos y los Reyes Magos iban cumpliendo años, el tipo aquel del extranjero seguía sin aparecer.
Hasta que llegamos los de futbolycojones.com para compensar a todos los que sufrimos aquellos duros reveses que nos dejaron marcados de por vida.
Todo empezó siguiendo el consejo de Rubén, al que le conté mil veces este blog al lado de una cerveza.
Él fue quien me convenció para dejar aparcadas un momento retórica y poesía y empezar a contar el fútbol que veíamos cuando éramos chiquillos, aquel fútbol aguerrido jugado en terrenos donde el lodazal alcanzaba las rodillas.
Y es que sentimos que el metrosexualismo se está adueñando de nuestro esparcimiento preferido y convenimos ambos que era el momento de sacar del cajón a algunos de los jugadores de aquella a los que hoy no les lloverían contratos de imagen, esos que vestían calzoncillos marcando cajetillas importantes y que lucían calvas relucientes y piernas sin afeitar.
En definitiva el fútbol del pelo en el pecho y en los bigotes.
Y para la puesta de largo decidimos recordar al mayor exponente de esta generación de machos imprescindibles, Carmelo Navarro, el Beckenbauer de la Bahía, y así de paso de paso, matar dos pájaros de un tiro.
Porque Carmelo salía mucho en los sobres, eso no lo vamos a negar, y también es el retrato robot perfecto del tío aquel del extranjero que todos los años iba a llenar el calcetín de nuestro vecinito de arriba.
Lo curioso del bueno de Carmelo, recordado sobre todo por su paso por el Cádiz CF de la mano de Víctor Espárrago, es que pateó sus primero balones en el Club Ural de A Coruña, cuando siendo un niño acompañaba al hijo de Arsenio Iglesias a los entrenos.
Pero si resulta curioso este dato, más lo es el artículo siguiente de la Agencia EFE del 26 de octubre de 1979:

ESCUELA DE FUTBOLISTAS EN LA CORUÑA

El acto de presentación de la Escuela de Fútbol del Club Ural se ha celebra do esta tarde en La Coruña. A esta escuela que dirige el presidente del Club Ural, Augusto César Lendoiro podrán asistir niños de 6 a 13 años de edad que recibirán clases de orden técnico y práctico, teórica, ética deportiva, etc. que impartirán Rafael Franco, entrenador de fútbol; Juan Miguel Solé, ex jugador del Real Valladolid, y Fernando Paredes también antiguo futbolista de dicho club. Las clases sobre réglas del juego estarán impartidas por el colegiado García de Loza y las de ética deportiva estarán a cargo de Manuel Montiel.

Así que, aparte de fundar el Liceo Hockey Club y traer a este país a Mauro, Bebeto o Rivaldo, todos tenemos que agradecerle eterrnamente al inagotable negociador coruñés el haberle dado la alternativa a este jugador con aspecto de familiar millonario y que salía en uno de cada dos sobres de cromos de la época.
Por todo ello, el cuerpo técnico, la directiva y los jugadores de futbolycojones.com hemos decidido nombrar a Carmelo Navarro capitán y cabeza visible del equipo.

martes, 10 de agosto de 2010

La Leyenda del Azteca

Trofeo Bicentenario México 2010

Miércoles 11 de Agosto de 2010, 15:00 hrs.

MEXICO-ESPAÑA

Estadio Azteca, México, D.F.

Cuando accedimos al recinto colosal de Santa Úrsula nos paralizó al borde de la tiza un enorme cartelón que suplicaba no caminar sobre el césped y hablar únicamente con murmullos.

Nos quedamos parados buscando un por qué y fuimos a buscar la respuesta bordeando el rectángulo donde había un utilero peinando la hierba con una máquina cortacésped.

- Señor, disculpe ¿por qué esa advertencia al otro lado del terreno?

El hombre paró el chirrido del artilugio y retirando el sobrante de un cigarro detalló la leyenda:

- Hijitos, ustedes son muy jóvenes todavía, pero les diré igual que, ahí debajo, donde no se puede pisar, están sepultados los cuerpos de algunos futbolistas ingleses y otros tantos italianos.

Nos miramos y la memoria se fue a la Copa del Mundo.

Estábamos en el Estadio Azteca de México, donde dibujó Maradona y Carlos Alberto arrancó de la tierra la portería de Albertosi.


domingo, 8 de agosto de 2010

Pipo Inzaghi

(Piacenza, Italia, 9 de agosto de 1973)

No me gusta Inzaghi, lo reconozco, nunca me ha gustado, pero últimamente me acuerdo de él más de lo que me gustaría.

Cuando alguien, por ejemplo, habla de Gigante, la obra cumbre de George Stevens, su nombre revolotea de repente en mi cabeza sin saber por qué.

Y no, no es que le encuentre algún parecido con James Dean, que va.

Lo que pasa es que si hay un jugador de fútbol capaz de sacar petróleo de la nada ese es el Gran Pipo.

Y es que allí arriba, sólo y rodeado de defensores, alejado de todo y de todos rezuma cierto tufillo que me recuerda el carácter esquivo del icono pop del siglo pasado.

Porque Filippo Inzaghi siempre me ha parecido un gran comediante, una especie de actor frustrado.

Quién no lo ha visto alguna vez reclamándole al trencilla de turno con ese gesto tan italiano de juntar los dedos con las palmas hacia arriba o dejándose caer en el área como si le hubiesen pegado un tiro.

Ese es Súper Pipo, el único futbolista del mundo capaz de pasar por Gary Cooper en Sólo ante el peligro, al límite de todo y viviendo en un fuera de juego casi permanente.

Y todo sin ser ni muy rápido ni muy fuerte.

Al contrario.

Es el tipo más austero técnicamente que he visto en mi vida.

Me resulta imposible recordarle un sólo regate.

Pero ahí donde se deciden los partidos, al borde de los doce pasos, el nueve del AC Milan se siente cómodo, muy a gusto.

La rutina del gol le resulta tan familiar como cepillarse los dientes en el baño de casa.

Ahí no tiene rival.

Si la recibe el tiempo se detiene a mirarlo mientras se cocina la sentencia.

El Pipo la cuela seguro, y si es en el alargue, pues mejor todavía.

Porque Gol es Inzaghi, aunque a mí no me acabe de convencer.

jueves, 5 de agosto de 2010

El fútbol no es así

Fue la peor noche de mi vida, para que les voy a engañar. Y eso que hubo infiernos que ahora no merece la pena recordar, pero que están ahí, groseros y cínicos, buscando una rendija en la memoria para sacar la nariz, como aquellos donde se vaciaban casi sin querer las botellas de licor.

Todo empezó esa misma tarde, en el centro comercial.

El Gordo y yo volvíamos de un viaje y nos detuvimos allí para llenarnos de provisiones. Serían poco más de las tres de la tarde y el aire acondicionado puso el oxígeno que nos faltaba.

Él fue quién lo vio primero, arriba de la estantería y luciendo como Libro de la Semana:

“El fútbol es así: los 1000 mejores futbolistas del mundo”.

Era un volumen considerable, que no se hacía a las manos y por eso tuvimos que posarlo en el mostrador de al lado para poder hincarle el diente.

"A ver lo que dice de Bochini” , dije, y el Gordo casi seguido se plantó por la letra B.

“Best, Bierhoff, Blokin, Bobic, Boksic…”.

El Gordo los iba nombrando en voz alta hasta que la tarde se partió al grito.

“¡Por todos los santos del mundo¡”, exclamó. “Si falta el Bocha. Pero ¡qué mierda de historia venden estos malnacidos y qué coño el fútbol es así. El fútbol era él, el 10 de Independiente que enseñó a dibujar a Maradona”.

Tuve que calmarlo como pude mientras los que pasaban al lado nos miraban con gesto de sobresalto.

“Prueba con Arsenio Erico, que a ese seguro que lo ponen. Al Hombre de Mimbre no lo dejan fuera”. Tampoco estaba. “Pero ¿qué les pasa a estos con el Rojo? ¡Qué somos el Rey de Copas y tenemos siete Libertadores, joder¡

“Por lo menos ponen a Bertoni”. El Gordo respiró aliviado.
Encontrar a Daniel, que hizo el último en la final del 78, fue una liberación.

“¿Qué vale eso Gordo?”, pregunté.

“Seis euros”, contestó después de darle vuelta.

“Agárralo, que mañana lo echamos por el retrete”.

Por eso aquella noche no pude conciliar el sueño, pensando en el Gordo y en la bronca que agarró con aquel libro.

Al día siguiente llegó pronto a mi casa y no me dejó ni limpiar la cara.

“No lo vamos a tirar por ahí”, dijo. Y abrió el libro por la página sesenta y tres.

“Mira, esta noche hubo sustituciones, como en México 86 cuando ingresó por Burruchaga, y le tocó al Bocha entrar por ese muerto alemán”.

El alemán al que ser refería el Gordo era Marco Bode y sobre su historial había colocado el cromo de Ricardo Enrique Bochini.

“Ahora sí, el fútbol es así, jugando Bochini con los titulares, y el alemán ese que se vaya por ahí a mamarla...”

martes, 3 de agosto de 2010

El reposo del centrojás

A Obdulio Varela, el Negro Jefe, brazalete de Uruguay en la final de Maracaná de 1950 y fallecido un 2 de agosto de 1996.

Ocurrió en Día del Carmen y quedó para los libros como El Maracanazo.

De Osvaldo Soriano, "Obdulio Varela, el reposo del centrojás":

"Los uruguayos atropellaban sin respetar a un rival superior pero desconcertado.

Obdulio empujaba desde el medio de la cancha a los gritos, ordenando a sus compañeros.

Parecía que la pelota era de él, y cuando no la tenía, era porque la había prestado por un rato a sus compañeros para que se entretuvieran.

Llegó el empate.

Los brasileños sintieron que estaban perdidos.

El griterío de la tribuna no bastaba para dar agilidad a sus músculos, claridad a sus ideas.

Las casacas celestes estaban en todas partes y les importaba un bledo del gigante.

Faltaban nueve minutos para terminar cuando Uruguay marcó el tanto de la victoria.

El mundo no podía creer que el coloso muriera en su propia casa, despojado de gloria."

domingo, 1 de agosto de 2010

Súper Félix

Los Campeonatos de Europa de Atletismo BCN 2010 que se clausuran hoy serán recordados por la agradable irrupción de un francés larguirucho y lampiño que corre las rectas como los ángeles y se marea como un niño al negociar las curvas.

Christophe Lemaitre, con su triplete en las pruebas de velocidad, se postuló en el Olímpico de Montjuic como el hijo del viento adoptado desde ya por el Viejo Continente.

Lejos quedan los tiempos en los que disfrutábamos sobre el tartán de los vuelos de estrellas del calibre de Félix Sánchez.


Verano de 2009: Campeonato del Mundo de Berlín.

El verano de 2004 lo pasé en la República Dominicana con unos amigos.

En La Española oímos hablar por primera vez de teléfonos tribanda y comprobamos en primerísima persona lo que le cuesta a los celulares repostar a 125 voltios.

Pero sobre todo descubrimos que de la cultura que viajó en las carabelas hace quinientos años a ese espejismo de primer mundo que venden los touroperadores queda poco más que el idioma que compartimos.

El viaje de ida coincidía con la primera fecha del Campeonato Nacional de Liga en Primera División.

Echaba a andar en San Mamés el Barcelona de Rijkaard bajo la batuta de Deco y Ronaldinho, pero por más que buceamos en la interminable lista de canales de televisión por cable fue imposible dar con una sóla que emitiera el partido en directo.

Porque allí los chiquillos no saben de patear costuras hexagonales y nombres como Messi o Maradona les suenan a chino mandarín.

Los pequeños quieren ser como Alex Rodríguez, la tercera base de los Yankees de Nueva York que tiene la mejor marca de "jonrones" de las Grandes Ligas, y por eso es común encontrarlos en cualquier arrabal golpeando con todo el alma piedras o latas de refresco con trozos de madera o hierros oxidados.

Cuando apenas levantan un palmo del suelo ya sueñan con cruzar el Golfo de México con un contrato de quince millones de dólares por temporada y que su retrato publicite Pepsi en los enormes cartelones de la capital Santo Domingo.

Pero cuando la venda se nos cayó definitivamente de los ojos fue en la madrugada del 26 de agosto.

Entonces nos dimos cuenta que hay gente en el mundo a la que no le hierve la sangre futbolera en las venas.

Ese día el país entero se paralizó ante los televisores para ver a un atleta escribir la página más gloriosa en la historia de la isla.

Félix Sánchez, Súper Félix, voló sobre las diez vallas del cuatrocientos de Atenas para colgarse al cuello la medalla de oro de los Juegos Olímpicos.

Hoy, casi cinco años después, ese hombre que llenó de ilusión los estómagos vacíos de una nación que camina a trompicones entre el segundo y el tercer mundo hizo último en los Campeonatos del Mundo de Berlín.

En la misma pista en la que Jesse Owens puso en jaque la utopía racial de un austriaco extrañamente iluminado, Súper Félix hizo el único borrón en una hoja de servicios intachable.

A mí me da lo mismo.

Aquella madrugada de agosto, con una cerveza Presidente en la mano, decidí que aquel tipo sería para siempre mi súper héroe favorito.