miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los primeros pasos

C.A. Boca Juniors
Darle vida a una nueva agrupación deportiva es una tarea laboriosa. Al principio todo es ilusión y altruismo entre los fundadores, que visitan las instituciones para recabar toda la información necesaria, completan no sé cuántos formularios y por fin, tras cumplir con todos los formalismos, se ponen a la faena de conseguir la dotación adecuada para los deportistas, elegir los colores representativos, diseñar el escudo y finalmente hacerse con un espacio para las prácticas entre semana y otro, algo más aseado, para recibir al adversario en las contiendas sabatinas o dominicales.
Puede parecer que este ingrato ejercicio es patrimonio exclusivo de los clubes más modestos, pero incluso los grandes, los más populares y populosos actualmente, han tenido que pasar por este espinoso trance.
He recopilado un puñado de artículos firmados por Emilio Dudelo en el semanario argentino Caras y Caretas para poner de manifiesto las penurias que pasaron algunas de las entidades más conocidas de Argentina en sus primeros días de vida. Empecemos por el principio.
Estamos en los primeros años del siglo XX y los estudiantes boquenses suelen reunirse los sábados y los domingos en cualquier baldío para darle puntapiés a la pelota imitando a los ingleses empleados del Ferrocarril Sur que venían haciendo lo propio en Banfield. Así empezó a nacer una sana rivalidad entre distintos grupos que se distinguían por el nombre de la calle en la que vivía el jugador que capitaneaba cada cual: estaban “Los de Brown”, “Los de Pedro Mendoza”, “Los de Brandsen” o “Los de La Madrid”. Y como es natural, también empezó a crecer la afición y llegaron los primeros encontronazos entre los que acompañaban a los muchachos. Nació la fanaticada, la barra brava, y esta se distinguía por el nombre del jugador más destacado y de más arrastre en el vecindario del barrio. Las más temibles fueron “La Barra de Frugonni”, “La Barra Stagneto” o “La Barra Tirolessi”.
Los partidos, que en principio eran disputas amistosas, empezaron a generar antagonismos, rencillas y una malsana competencia que apartó a algunos del camino. Esos mismos, los que se reunían cada tarde en un banco de la calle Solís en el barrio de La Boca para conversar de fútbol, decidieron rehacer el andamiaje, hacer algo nuevo y bien organizado que representara de forma más seria y sana a la afición del barrio. Allí mismo, en aquel banco, fundaron el Club Atlético Boca Juniors. Era el 3 de abril de 1905. Las vicisitudes vividas en aquellos primeros tiempos ponen de manifiesto que para llegar a lo que hoy en día es la entidad porteña aquellos pioneros tuvieron que sudar tinta china. En la asamblea extraordinaria del 20 de febrero de 1906 se trató un tema curioso:
“J.A. Farenga dice que, en vista de que un amigo suyo podría hacer las redes para los arcos, sin cobrar nada, pide que se compre el hilo necesario para ese objeto, lo que es apoyado. Esto último queda sin efecto debido a que el Señor J. Bricheto manifestó que iba a regalar el hilo necesario para el trabajo. El Señor Cerezo, a continuación, manifestó que iba a regalar las agujas para tejerlas, y el Señor P. Sana finalmente, manifestó que él iba a regalar unas redes, adecuadas para los arcos, con lo cual quedaron sin efecto las ofertas anteriores. Nuevamente, el Señor J.A. Farenga, pide la palabra para decir que él regalará las banderitas para los córners y también los tirantes transversales para los arcos”.
Chacarita Juniors, el equipo argentino asentado a un palmo del gran camposanto de Buenos Aires también sabe bastante de apreturas. Ya comentamos más arriba que en los albores del siglo pasado las cosas no eran fáciles para nadie en Argentina, y menos para un grupo de muchachos del barrio de La Chacarita. Ellos también se aventuraron con su club de football, juego conocido entonces como el de los ingleses locos. Su problema de partida fue otro. Para darle carácter formal a la institución decidieron reunir fondos para comprar el sello y tuvieron la brillante idea de “recolectar diarios en todas las casas del barrio. Fue una colecta fácil. Los diarios se tiraban, y allá iban en peregrinación, de puerta en puerta, los socios de Chacarita Juniors, solicitándolos. La colecta fue grande. Se reunieron varios kilos de papel, y el financista de la institución, Juan Faccio, procedió a la negociación en un comercio de Villa Crespo, obteniendo los tres primeros pesos con que se mandó hacer el sello de goma, que aún se conserva en el club.”
Con emblema que llevarse al pecho, se pusieron manos a la obra con la principal herramienta para el juego, pero “para la pelota no hubo dinero. El desengaño de los muchachos trascendió y el comisario de la sección 33ª, entonces un tal Sider, se compadeció de aquellos futbolistas y, con la condición de que jugaran un partido amistosos con el Club Defensores de Villa Crespo, del que se habían separado para fundar Chacarita Juniors, les obsequió una hermosa pelota que duró apenas los quince primeros minutos de juego pues, a consecuencia de un certero puntapié de Arístides Roncheri, “sonó” en medio de la cancha.”

martes, 20 de diciembre de 2011

Ludo Coeck

"Estoy absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores intrascendentes. Pasa que, claro, nos los describen con un peso tan significativo que pareciera imposible resistirse a valorarlos."

Marcelo Bielsa

Ludovic Coeck
La historia que os quiero contar hoy tiene mucho aroma navideño, como no podía ser de otra forma en estas fechas en las que entramos, fechas plenas de actos solidarios, gestos y palabras políticamente correctas, pero sobre todo de lavados de conciencia a ojos de la opinión pública. Tendreis que aguardar hasta el final de la nota para descubrir un corazón más grande que cualquier título o campeonato que se pueda disputar en todo elancho del mundo. Esta la historia de Ludo Coeck, uno de los mejores futbolistas belgas de todos los tiempos y cuya categoría humana sería imposible de encontrar en el mercantilista futbol de nuestros días.
Su vida arranca el 25 de septiembre de 1955 en Berchem, un suburbio cercano a Amberes. Allí, en el club del barrio, empezó a correr detrás de la pelota y enseguida los entendidos vieron en él a un diamante en bruto. En los torneos de inferiores de los alrededores goleaba sin piedad exhibiendo un disparo que le haría ganarse un sitio en los libros de historia y el sobrenombre de Ludo Boum.
Con 16 años lo pasaron al primer equipo del Berchem que enseguida lo tuvo que traspasar a la escuadra más potente del país, el Royal Sporting Club Anderlecht. Se vistió de púrpura entre 1972 y 1983 y allí empezó una carrera meteórica que lo llevó a ganar dos Ligas, una Copa, dos Recopas, dos Supercopas de Europa y una Copa de la UEFA al lado de apellidos como los Van der Elst, Rensenbrink, Haan, Vercauteren o Van Himst. Su ensortijada melena y su cañón en la pierna izquierda estaban hechos para el fútbol italiano y allí partió en 1983 luego de una guerra cruenta entre los dos equipos de Milán por sus servicios. Firmó por el Internazionale (el A.C. Milan firmó a su compatriota Eric Gerets) y en la capital de la moda la fama de playboy empezó a pelearle el puesto a su buen hacer en la zona ancha. Una lesión de rodilla, grave, muy grave, y sus perennes problemas de tobillo privaron a la afición de San Siro del talento del cobrizo flamenco. Sin sitio como foráneo en el Inter (tenían cubiertas sus dos plazas de extranjero con el alemán Karl Heinz Rummenigge y el irlandés Liam Brady) quedó a préstamo en el Ascoli mientras hacía votos por recuperar el virtuosismos de su apéndice maltrecho. Decidió ponerse en manos del Dr. Mertens (ya famoso entonces) y someterse a cirugía en su propio país con la intención de volver a ser el mismo pero jamás volvería aquel mediocampista elegante y de disparo demoledor. Así que pensó que lo mejor sería desandar el camino y retornar a casa. El 7 de octubre de 1985 su vida se paró para siempre en la carretera entre Amberes y Bruselas. Era de noche y llovía. Su BMW azul se desintegró después de un tremendo impacto contra el guarda raíl. Dos días después moría en el hospital provocando una tremenda conmoción en el mundo del fútbol. Se había ido muy pronto, con tan sólo 30 años, pero le había dado tiempo a ganarse un lugar en el cielo de los hambrientos.
Unos meses antes,  en febrero de ese mismo año, grabó el himno de la selección belga y decidió que todos los beneficios del disco fueran destinados a paliar el hambre en Etiopía. Quería un mundo mejor para todos y esa fue una buena prueba de su humanidad.
Dentro del campo dejó muchas más. Una de ellas en el Mundial de España 1982, en el Nuevo Estadio de Elche, donde perforó la meta de El Salvador con uno de sus típicos misiles tierra-tierra. Otra, sublime, una alegría para los ojos, la sufrió el combinado de Alemania del Este en 1983, siempre con el dorsal de los elegidos, el 10,  cosido a la parte de atrás de la camiseta de "Los Diablos Rojos":








lunes, 19 de diciembre de 2011

Ramonet

Calderé en México 1986
El otro día escuché una magnífica disertación de José Mourinho sobre las propiedades mágicas de las espinilleras de carbono. No queremos entrar a valorar los argumentos del portugués, pero en la sede de la peña “Los que no nacimos ayer” apareció casi sin querer el nombre de Rafael Gordillo y su elegante estampa volvió por un momento a galopar sobre la raya de cal con las polainas descansando sobre los tobillos. Ya se daban patadas entonces, pensamos, pero ese chaval del polígono arriesgaba sus canillas desnudas y cuando le pasaban la lija se apretaba los machos y volvía a por otro rasponazo. Eran otros tiempos no cabe duda, tiempos del fútbol para hombres, de lodo y de cojones, muchos cojones. Por eso le agradecemos la exposición al entrenador del Real Madrid porque gracias a él pudimos cubrir el vacío que el equipo de futbolycojones.com tenía en la zona ancha. Buscábamos un pulmón, una trotona no exenta de calidad y criterio, para jugar junto al Tato Abadía en una medular antológica, sin pelo, con bigote pero sin forros de carbono.
Y el elegido para esta empresa podemos asegurar que no se arruinó gastando los reales en protecciones y mariconadas. Así se nos presentó un día en el vestidor: “Nací en Vila-Rodona, provincia de Tarragona, el 16 de enero de 1959 y pertenecí a los infantiles del Valls hasta los doce años. Luego vine al Barça y fui subiendo peldaño tras peldaño: infantil “A”, a las órdenes de Tort; juvenil “B”, con Roca; juvenil del Barcelona A t., con Waldo Ramos; juvenil “A” otra vez con Waldo, ganando el Campeonato de España en e! Vicente Calderón contra el Zaragoza donde hice el 4-3 definitivo”.
Nos miramos unos a otros y nos faltó tiempo para ofrecerle un cheque en blanco. Teníamos lo que buscábamos, un tipo con llegada, feo como un demonio y un gusto nefasto para el tema de la vestimenta. Era nuestro hombre. Era Ramón María Calderé, Ramonet para los amigos, uno de los futbolistas más desgraciados de la historia de nuestro fútbol y también uno de los más caprichosamente ninguneados. Porque, seamos sinceros, al bueno de Ramonet no le hacía ningún favor su aspecto físico. Dicen las malas lenguas que vino al mundo con una cazadora de cuero y que en la planta de maternidad le tenían que apartar el bigote para meterle el biberón.
Pero detrás de ese aspecto desaliñado se escondía un jugador grandísimo que alcanzó con el F.C. Barcelona y con la selección española cotas sólo superadas en nuestros días.
Debutó con el primer equipo en un amistoso ante Os Belenenses con tan sólo 19 años. Su proyección se cortó pronto por culpa del servicio militar en Alcalá de Henares, donde incluso el Real Madrid se interesó por sus servicios. Luego, cedido en el Real Valladolid vivió uno de sus primeros desencuentros con la tribuna. En un partido de Copa tiró un corte de mangas a la parroquia pucelana y ésta le respondió con una cáscara de melón que le abolló un poco la capota. La aventura castellana duró apenas una semana. Volvió a casa y al año siguiente se quebró los ligamentos. Recuperado ya, fue el menisco el que le puso la zancadilla. Y así fueron pasando los años del filial, hasta que con veinticinco primaveras, pasó al primer equipo, entrenado entonces por el Flaco Menotti. El 19 de mayo de 1984 juega sus primeros minutos oficiales al sustituir a Schuster: “Vaya papeleta”, dijo, “tan de sorpresa me pilló que tenía las botas desabrochadas y tuve que atármelas rápidamente”.
Parecía que la luz al final del túnel empezaba a vislumbrase, y más después del golazo del Calderón. Pero también asomó su mala ostia dentro del campo. Salía prácticamente a expulsión por año.
La llegada de Terry Venables a Barcelona le convertiría en una pieza fundamental dentro del puzle del inglés. La presión a toda cancha de aquel equipo parecía estar pensada para sus pulmones inabarcables. Fue el escudero perfecto para que Schuster se dedicara a lo sutil. Corría, robaba, iba, venía y encima tenía puntería. En el Bernabéu contribuyó de forma decisiva con un gol y dos tirazos que estremecieron la madera para el definitivo 0-3 final. Salió campeón de liga ese año y al siguiente se tuvo que multiplicar para estar en todos los frentes.
Pero de nuevo una cartulina, con le ocurrió a Juanito Segarra en Berna, le apartó de la final de la Copa de Europa de Sevilla. La mala suerte volvía a cruzarse en su camino y esta vez para quedarse. Luego estaría en el mundial de México con un papel protagónico en aquel desgraciado final que no hace falta mentar, y para octubre quedó la final del Europeo Sub-21 (con 27 años era curioso verlo rodeado de niños) a doble vuelta contra Italia, la Italia de Zenga, Ferri, Cravero, Donadoni, Di Nápoli, Giannini, Mancini y Vialli.
En la ida los de Luis Suárez cayeron por 2-1, pero Ramonet hizo un gol de oro que valdría su peso en el preciado metal en el partido de vuelta. Pero nuevamente la desgracia le miró a los ojos en un partido previo ante el Sporting de Lisboa. Oceáno, aquel negraco que luego lució en la Real Sociedad, lo atropelló y le sacó el hombro del sitio: “Sólo sé que, de pronto, un negro se me vino encima. Sentí un dolor terrible y si no pedí el cambio y dejé el partido fue porque yo trato de aguantar lo que me echen” ¡Con dos cojones¡ En la vuelta, curiosamente en el estadio José Zorrilla de Valladolid donde fue despedido a melonazos unos años antes, Calderé y su mostacho no fueron de la partida. Allí los españoles, los Ablanedo, Solana, Andrinúa, Sanchís, Quique, Eusebio, Gallego, Roberto, Eloy, Bustingorri, Ramón, Pardeza, Pineda, Juan Carlos y Llorente, forzaron la prórroga y el “Gato del Piles” hizo el resto en la tanda desde los nueve quince.
A partir de esa conquista la carrera de Ramonet empezó a perder luz y a viajar por andurriales indignos de su categoría hasta que nosotros le encontramos ahora acomodo entre los once jabatos que defienden la divisa de futbolycojones.com.
Disfrutemos de su vuelta a los focos como merece el personaje. Bienvenido a tu casa, Ramón.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Gárate y las bicicletas

El fin de semana pasado llegó la Vuelta a España a Euskadi después de 33 años. Fueron dos jornadas memorables y por eso el ciclismo español no se puede permitir otro paréntesis tan largo. Mucho antes de nacer La Vuelta como la conocemos ahora se corría el Gran Premio de la República (Eibar-Madrid-Eibar) organizado por el Club Ciclista Eibarrés-G.A.C. Al dueño de la mítica marca de bicicletas, Eulogio Gárate, le saldría años después un hijo bien dotado para el fútbol al que apodaron El Ingeniero del Gol y que llegó a ser tres veces Pichichi en la liga española y campeón del mundo con el Atleti de Madrid: José Eulogio Gárate.


lunes, 12 de septiembre de 2011

El fútbol en Las Arobias

Manolo Meana (El Comercio)
El campeonato de Asturias de 1929 arrancó para el Real Sporting de Gijón el 16 de septiembre y terminó en 17 de noviembre después de haber jugado a doble vuelta ante el Real Oviedo, el Stadium de Avilés y Club Gijón. La primera rueda fue bastante discreta, con empate a domicilio ante el Real Oviedo y derrota en El Molinón ante los de la Villa del Adelantado (2-3), la cual sirvió como caldo de cultivo para lo que ocurriría un par de meses después cuando los rojiblancos tuvieron que visitar el campo de Las Arobias. Entonces los dos contendientes pelearon por algo más que una victoria ya que los caprichosos resultados hasta la fecha quisieron que esa tarde estuviera en jugo una plaza en el Campeonato de España. Ese 3 de noviembre el terreno de juego también colaboró con la épica convertido en un auténtico lodazal por culpa de la lluvia, pero el Sporting se acomodó mejor al aguacero y, a los treinta minutos de juego, Pin logró meter un balón sobre el área del Stadium que Pachu envió al fondo de las mallas. Cuando todo el mundo se preparaba para en refrigerio llegó el segundo gol de los pupilos del mítico Manolo Meana (había sido el primer internacional por España del Sporting), obra esta vez de Cuesta. La concurrencia empezó a montar gresca durante la media parte y la ira se desató en la reanudación cuando el árbitro del partido, el cántabro Quintana, anuló un gol a los locales por presunto fuera de juego. Entonces la temperatura comenzó a elevarse también en el barrizal. El visitante Candasu realizó una violenta entrada sobre el medio centro Hilario, y cuando el colegiado se disponía a tomar medidas, un espectador, navaja en mano, saltó de la gradería de general al terreno para tomarle el pulso al centrocampista gijonés. Y entonces se armó la gorda: el colegiado tuvo que ser custodiado por las fuerzas del orden para abandonar el recinto, paraguazos, patadas, puñetazos y el partido, lógicamente, suspendido.
Días después se reunió el Comité Territorial para tratar los lamentables incidentes y decidió dar por bueno el resultado con lo que el Sporting de Gijón sumaba dos puntos que a la postre le darían el título regional y el pase al campeonato nacional. La peor parte de la resolución como no podía ser de otra forma, fue para el Stadium avilesino al que, aparte de una multa de mil pesetas, se le instó a visitar al gobernador civil para explicar por qué las autoridades locales ordenaron la detención de un periodista ovetense… y del colegiado del partido.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Matías Prats Cañete

El maestro en plena faena
El Día de la Santina del año 2004 se apagó la voz que narró este fabuloso gol de España en el mundial de Brasil de 1950 convertido por Telmo Zarra en la portería de Inglaterra.
Había caído por fín la Pérfida Albión.



 

Narración del histórico gol de Zarra a Inglaterra









miércoles, 7 de septiembre de 2011

7 de septiembre de 1979

Día para rodear en rojo en el calendario de los buenos futboleros. Diego Armando Maradona comenzó a reinar con la selección de Argentina dirigida por César Luis Menotti derrotando a la Unión Soviética (3-1) en el estadio Nacional de Tokio en la final de la segunda edición del mundial juvenil.
El pibe de oro (Balón de Oro) lideró a la albiceleste con Ramón Díaz (Bota de Oro) y Gabriel Calderón como compañeros en la punta de ataque. El Balón de Plata fue para el paraguayo Julio César Romero, Romerito, al que conocimos años después en España cuando Cruyff se sacó de la manga un as marcado para enfrentar al Real Madrid.




martes, 6 de septiembre de 2011

Antonio Alzamendi

En el descanso del España-Lietchestein jugado esta noche en el estadio de Las Gaunas, TVE recordó los buenos años del C.D. Logroñes en el viejo recinto y desfilaron por la pequeña pantalla nombres ilustres como los de Abadía, Setién, Polster, Salenko, Sarabia, Ruggeri, Lopetegui, David Vidal, Carlos Aimar o el histórico Marcos Eguizabal. Sin embargo, se olvidaron de un uruguayo que antes de llegar a la tierra del vino hizo este gol para River Plate en la final de la Copa Intercontineltal que los gallinas le ganaron al Steaua de Bucarest en Tokio: Antonio Alzamendi.




domingo, 4 de septiembre de 2011

Por amor al fútbol

Portada B.S.O.
Rudo y cursi (Carlos Cuarón, 2008) es una película mexicana que desnuda de un modo sarcástico las miserias que hay en la trastienda del fútbol. Es la historia de dos hermanos, Tato "el Cursi" (Gael García Bernal) y Beto "el Rudo" (Diego Luna) que luchan por salir de la miseria y hacer carrera como futbolistas profesionales. En un potrero de Cihuatlán, Jalisco, son descubiertos por un cazatalentos que de la noche a la mañana los saca de aquel jardín de plataneros donde malvivían de un jornal y los coloca en la primera división.
Es una historia recurrente, como la de tantos otros a los que atrapó la fama de repente: gloria rápida y efímera, dinero fácil, mujeres asequibles, drogas, vicio y caída al vacío sin redecilla.
La historia está iluminada por la voz en off del "Batuta" (Guillermo Francella), el agente que descubrió a los dos carasucias, poniéndole poesía a cada una de las cosas del fútbol.
Arranca con una teoría asombrosa sobre el origen del juego que ya impide separarse de la pantalla:
"Hace tiempo un chabón me contó que el juego más hermoso que jamás haya creado el hombre, nació con la cabeza de un soldado degollado. Y obvio, con la patada llena de rabia que le dio un soldado enemigo. El primer gol, no oficial por supuesto, se decretó al pasar la cabeza por dentro de dos árboles. ¡Pero eso es terrible boludo! – le dije. Depende - me contestó. Terrible para el arquero. Pero para el delantero... fue la gloria."
También hay buenas palabras para ese lugar mágico donde se cultivan las mejores perlas:
"El llano potrero es una paradoja. Es el lugar más pobre y desamparado donde encontrás al amante del fútbol, sin vicios, puro. Es un milagro."
Y para los aficionados y ese orgullo de pertenencia a unos colores:
"El amor a la madre y el amor a la camiseta son la misma cosa y es que la vieja es nuestra primera identidad. Por su amor se lucha como por la vida, todo hincha quiere demostrar que nadie ama a la camiseta como él y todo hijo sabe que nadie ama a la vieja como él."
Y para los equipos que juegan bien:
"Decime si miento: el amor a la mujer es el mismo que el amor a la pelota. Hay que saber encontrarla y enamorarla, hay que cuidarla, guiarla con talento, ordenándole cuando es necesario pero siempre manteniendo el control. El problema del amor a la pelota es que todos quieren con ella y ella quiere con todos, por eso es tan importante cuidarla."
Y para la caballerosidad dentro y fuera de la cancha:
"El fair play acaba en donde comienza la intolerancia. Cuando los hermanos deciden que el juego vuelve a ser guerra y entonces desaparecen las pelotas."
Y para los mercaderes de este negocio:
"Desde que el fútbol es negocio, todo gira alrededor del resultado; la alegría del juego desaparece y el miedo lo envuelve todo. Nadie intenta nada porque está prohibido fallar, es como vivir con un revólver apuntándote a la sien."
Y todo esto, simplemente por amor al fútbol.




jueves, 1 de septiembre de 2011

Las curiosas estadísticas de la RSSSF

La Rec. Sport. Soccer Statistics Foundation (RSSSF) es una organización dedicada a recolectar estadísticas sobre fútbol. La fundación busca construir un archivo exhaustivo de información relacionada con el fútbol alrededor del mundo. Fue fundada en enero de 1994. 
Schafer, coleccionista de títulos y camisetas
Si uno cae por allí lo que se encuentra es una nube de números no muy bien presentados pero que, armándose de paciencia, devuelven datos tan curiosos como los de Alfred Schaffer, jugador húngaro de principios de siglo que tiene el record mundial de equipos defendidos.
En 15 años de carrera (1910-1925) vistió la camiseta de 21 equipos distintos, desde el Ferencváros hasta el New York Giants, pasando por el Hamburgo, el Bayern de Munich o el Austria de Viena. Todo un trotamundos, que como parece lógico, ostenta también la mejor marca de títulos de liga con 16 entorchados.
En en el segundo lugar está Oscar Pinino Mas, que prestó sus servicios en 17 equipos entre 1964 y 1984. Jugó en el Real Madrid y América de Cali, pero es recordado sobre todo por vestir la banda sangre de River Plate.
Sorprendente resulta encontrar a George Best, el quinto beatle, en el tercer lugar de esta curiosa tabla histórica. El norirlandés, además de ser un diablo rojo durante más de una década, se enfundó otras 16 remeras entre 1964 y 1984, pero ninguna con la solera de la del ManU.
Hablando de campeonatos nacionales, detrás de Schaffer, que dio 16 vueltas olímpicas, aparecen con 12 títulos tres jugadores que todos recordamos: Paco Gento del Real Madrid y Eusebio y Mario Coluna del gran Benfica de los sesenta. Estos demostraron más fidelidad a los colores que algunos de los citados más arriba.
"Mumo" Orsi, gloria en Avellaneda y Turín
Otros futbolistas que también bailaron lo suyo son los que aparecen en la tabla histórica en la que se registran los nombres que fueron campeones en más de tres países. Aquí aparecen notables como Seedorf, campeón en Holanda, España e Italia, Di Stéfano, que lo fue con River, Millonarios de Bogóta y Real Madrid y Ronnie Ekelund, aquel futbolista danés tan prometedor que se trajo Johan Cruyff y que salió campeón en España, Dinamarca y Estados Unidos. Sin embargo, en lo alto de la tabla se encuentra una gloria roja y bianconera. Arriba de todos, con 9 torneos en 4 países distintos está Raimundo Orsi. Mumo se consagró en Argentina con Independiente (2 veces), en Italia con la Juventus (5 veces), en Uruguay con Peñarol (1 vez) y en Brasil con Flamengo (1 vez). No viene al caso, pero
Orsi fue campeón de América con Argentina y luego mundial con Italia en 1934.
Isidro Lángara, el Tanque de Pasaia
Y para terminar pasamos a los goleadores universales, esos artilleros que soltaban la pierna sin importarles mucho el idioma que hablaran los porteros. Isidro Lángara encabeza la lista de pichichis en más países distintos. El de Pasaia lo fue en España en 3 ocasiones (Real Oviedo), también en Argentina (San Lorenzo de Almagro) y dos veces más en México (Real Club España). Detrás del Tanque aparece, como no, Don Alfredo Di Stéfano. La Saeta fue el mejor scorer en Argentina (River Plate), dos veces más en Colombia (Millonarios de Bogotá) y por quintuplicado en España (Real Madrid).
Y por supuesto, no pidía faltar Romario, que goleó allí donde quiso, sobre todo en Brasil (5 veces) antes y después de pasar por Holanda (3 veces) y por España (1 vez).

lunes, 29 de agosto de 2011

Me gusta, lo comparto y lo tuiteo

Messi y sus amigos
Hay que darle la trascendencia que se merece a este ciclo triunfal del F.C. Barcelona. Pocas veces se ha visto un equipo ganar de una manera tan continuada y con tanta resonancia. La opinión del mundo del fútbol es unánime y nadie escatima elogios para este grupo con una ambición sin límites. Los afortunados que lo estamos viendo asistimos al mismo tiempo al crecimiento imparable de las redes sociales, de las plataformas digitales que televisan hasta los entrenamientos, de las emisoras de radio y televisión que se reproducen comos setas, de la información instantánea a golpe de un click. Y todo con el Barcelona de Messi y sus amigos como principal protagonista. Sin restarle méritos a otras conquistas, no cabe duda de que atrás quedaron los tiempos de Matías Prats, del UHF, del NO-DO y del Real Madrid de Don Alfredo donde la propaganda iba orientada en otro sentido, donde información era sutilmente sesgada y se censuraban hasta los pechos de la vecina del quinto de otro Alfredo de apellido Landa, también madridista y de Don Santago Bernabéu. Contaban lo que interesaba en cada momento y el pueblo llano se lo creía sin rechistar. Ahora lo estamos viendo y nadie nos lo tiene que contar. Sabemos que número de pie calza Xavi, si a Cristiano le duele tripa o que cenará esta noche Juan Mata. Ahora estamos en la era del F.C. Barcelona de Messi y "nos gusta", "lo compartimos" o le hacemos "retweet".
Como decía una pancarta ayer en el Luis II de Mónaco, sus botines son los que indican el camino. El espectáculo debe continuar…y el que no lo quiera ver que se lo pase otra vez en Youtube.

domingo, 28 de agosto de 2011

La familia bien, gracias

Chícharo y Chicharito
Diego Forlán se va del Atlético de Madrid y lo hace a un precio de saldo para un goleador que calza una Bota de Oro en cada pie.
Sin embargo, su salida del Calderón por la puerta de atrás no puede de ningún modo empañar la trayectoria del charrúa. Su pasado en Peñarol, Independiente, Manchester y Villarreal, su presente en Madrid y su futuro en Milán tendrán el lugar que se merece en los libros de historia, porque La Bruja pertenece a una estirpe de futbolistas, la de los Corazo-Forlán, que ha escrito páginas memorables rematadas hace nada con la conquista de la Copa de América en Argentina. Porque antes de hacerlo Diego, su abuelo materno (la abuela materna era natural de San Sebastián), Juan Carlos Corazo lo hizo por partida doble dirigiendo al seleccioando de Uruguay en las ediciones de 1959 y 1967. En esta última tuvo a sus órdenes su yerno, Pablo Forlán, el boniato, el padre de Diego y gloria perpetua para la hinchada de Peñarol.
Don Pablo también participó en las copas del mundo de Inglaterra 1966, México 1970 y Alemania 1974 compartiendo en estas dos últimas equipo con Julio Montero Castillo, el padre de Paolo Montero, que curiosamente coincidió con Diego en las ediciones de 2002 y 2010.
Esta circunstancia me hizo echar la vista atrás y husmear en busca de parentescos célebres en la historia de los mundiales.
Un caso que desconocía es el de Youri Djorkaeff, el jugador francés que participó con Francia en su mundial y en el de Corea y cuyo padre coincidió defendiendo el gallo en el Grupo I del mundial de Inglaterra 1966 con el boniato Forlán. Allí ganó la celeste por 2-1 con goles de Cortés y Rocha.
También tienen padres a los que sus vástagos emularon su pasado mundialista Chicharito Hernández (su abuelo Tomás Balcázar estuvo en Suiza 1954), Xabi Alonso, Pepe Reina o Manolo Sanchís. Javier Hernández disputó junto a Javier Aguirre el mundial de México en 1986, Perico Alonso el nuestro en 1982 y Manuel Sanchís el de Inglaterra en el 66 donde sólo ganamos a Suiza.
Entre hermanos, el hecho más curioso se produjo en la pasada edición de Sudáfrica, donde los tres hijos del señor Palacios, Johnny, Jerry y Wilson, siendo la primera vez en la historia que ocurría algo similar.
También fue chocante el caso de los hermanos Boateng, con Jerome defendiendo la bandera alemana y Derek haciendo lo propio con la de Nigeria.
También Costa de Marfil tuvo su pareja con Kolo y Yayá Touré. Estos coincidieron también en 2006 con los Koné, Arouna y Bakarí.
Retorcediendo en el tiempo me vienen a la cabeza Bobby y Jackie Charlton, Thomas y Klaus Allofs, Ulli y Dieter Hoeness, Bern y Karl Heinz Foster, pero sobre todo los gemelos diabólicos Willy y René van de Kerkhof.
Más recientes y tal vez más conocidos son los casos del profesor Sócrates y Raí, Erwin y Ronald Koeman, Rob y Richard Witsge, Michael y Bryan Laudrup o Frank y Ronald de Boer.
También hay casos no tan trillados por la opinión pública y aquí aparecen los Baressi, Franco y Beppe, o los Chilavert, Rolando y Jose Luis.
Lo más llamativo tiene que ver con el Kun Agüero y Mark Van Bommel, cuyos suegros fueron al mismo tiempo sus directores técnicos en los combinados argentino y holandés en la copa de Sudáfrica, Maradona y Bert van Marwijk.
Otros que dirigieron a familiares, en este caso a sus propios hijos, fueron Cesare Maldini, Ondino Viera, Zlatko Kranjčar, Vladimir Weiss y Bob Bradley.
En fín, que como diría el otro: “La familia bien, gracias”.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La bolsa del fútbol

Peral escrutando (La Estampa, 7 de marzo de 1931)
Las quinielas futbolísticas, tal y como las conocemos hoy en día (más o menos jugando 1X2 a 14 partidos por boleto) nacieron en España en 1948. Dos años antes, el gobierno de la nación creó el Patronato de Apuestas Mutuas y Benéficas con el fin de regular las apuestas de los aficionados, ya que la enorme afición al deporte de balón hizo que muchos de éstos se jugaran buena parte de su jornal intentando acertar el resultado de los partidos de cada jornada.
Sin embargo, muchos años antes, concretamente en 1931, un iluminado ideó “La bolsa del fútbol”, un juego que consistía en acertar, lo más aproximadamente, el resultado de los partidos de la primera liga que se celebraban todos los domingos.
Este personaje se llamaba Francisco Peral y era contable en una casa de comercio.
La sede de “La bolsa del fútbol” estaba en la humilde taberna “La Callealtera”, en la calle Menéndez de Luarca de Santander, y a ella acudían a diario con sus papeletas los apostantes de toda clase social con su peseta y la de sus amigos del resto de la provincia.
Pero antes incluso de 1931, don Francisco Peral ya se jugaba el café con los amigos al resultado de los domingos. Eso fue en 1929, y como el número de apostantes fue creciendo, decidieron poner cada uno una peseta para juntarlas todas en una especie de bote y entregársela al que se aproximase más al resultado definitivo. El problema entonces vino a la hora de realizar el escrutinio, que se volvió muy tedioso al finalizar el campeonato de 1929 cuando ya contaba con más de cien peñistas.
Inteligente como era, don Francisco inventó un sistema de puntos con ocho reglas que no dejan de tener su aquel, y más en aquellos tiempos donde ni se sabía lo que era una computadora. Aquí están sus sencillas normas para la comprobación de los cupones :
  1. Al que acierte el resultado exacto de un partido …15 puntos
  2. Al que acierte medio resultado y ganador, entendiéndose por medio resultado los goals de uno de los dos equipos … 10 puntos. MENOS un punto por cada goal de diferencia entre los puestos en la papeleta correspondientes al otro equipo y el resultado, no pudiendo ser nunca esta resta mayor de cinco puntos.
  3. Al que, pronosticando un empate, no acierte el número exacto de tantos al que se ha verificado, ganará … 12 puntos. MENOS dos puntos por cada goal que haya de diferencia en dicho empate, no pudiendo ser nunca esta resta mayor de seis puntos.
  4. Al que acierte solamente el ganador de un partido … 5 puntos.
  5. Al que acierte la diferencia exacta de un partido se le aplicarán los mismos puntos y descuentos que en la tabla tercera.
  6. Al que invierta el orden del ganador se le restarán … 6 puntos.
  7. Al que pronostique un empate y no lo haya se le restarán … 3 puntos.
  8. Al que pronostique un resultado cualquiera y después no lo haya se le restarán … 3 puntos.
Ahora sólo queda imaginar al bueno de don Francisco sentado en la mesa de la taberna de la calle Alta y rodeado por las 2690 quinielas que se jugaron el 15 de febrero de 1931 y que arrojaron un ganador de nombre Eladio Costa que jugó sus cuatro reales a la siguiente combinación:
  • Barcelona 0-2 Europa
  • Arenas 1-1 Alavés
  • Real Sociedad 1-0 Athletic
  • Racing 4-0 Español
  • Real Madrid 3-0 Real Unión

domingo, 21 de agosto de 2011

Tonito y el amor

El otro día hice un ejercicio muy usual en la red: poner Tonito Santa Bochini en Google y esperar a ver lo que salía. Y lo que salió fue este cuento de Franco Spinetta  en Igooh.  Para un fan de Independiente, admirador de Bochini y que se llama Tonito como un servidor hallar ésto hizo que fuera difícil controlar las emociónes. Aquí lo teneis:

Tonito y el amor

Tonito
Temprano, muy temprano. El sol inquieta desde la ventana y arremete contra los ojos azules de su cara partida por el tiempo. Tonito se levanta y mira el reloj, nunca supo la hora, pero es lo que “todo el mundo hace cuando se despierta”. Enseguida se viste de un tirón y prende un pucho, un Jockey Club, su cigarrillo que ya es como una parte de su cuerpo. Los ojos comienzan a irritarse rápidamente por el humo que desprende el cigarro y entonces Tonito se pone sus grandes anteojos que lo caracterizan por cubrirle prácticamente toda la cara, los famosos anteojos “culo de botella“. Es que sin ellos no ve absolutamente nada. Muerde un pedazo de pan bruscamente, limpia sus zapatillas con el dedo y enfila hacia la puerta de su casa, pero no sale sin antes saludar misericordiosamente a la estampita de la Virgen de Luján pegada en la heladera que el párroco amigo le regaló el sábado anterior luego de la misa. Tonito es rengo, un poco sordo, un poco ciego. Cuenta la leyenda urbana que antes de sufrir un severo ataque cerebral Tonito era un galán, un dandy en tierras bonearenses. Alto, respingado, de ojos profundamente azules y tez suavemente dorada. Siempre vivió en Capitán Sarmiento, a 150 kilómetros (años luz según él) de la gran Capital Federal. Tonito es hincha de Independiente y todavía cree que Bochini juega en el rojo con la casaca 10 en la espalda y su pelada al viento. Tonito es amigo del pueblo, es querido por todos. Luego de besar la estampita comienza su recorrida matinal por las veredas y negocios de la ciudad. Camina tan rápido como le permite la renguera, y créanme que lo hace bastante bien. En el almacén de la esquina, el viejo Fornadi, un tipo rudo y curtido en el campo, ya lo espera con una taza de chocolate caliente. Quizás sea la única persona por la que demuestra amor. Tonito entra revoleando los brazos, clamando su presencia al grito de -¡buen día, Tonito hace su entrada triunfal en el almacén de Fornadi, vamos Independiente carajo!-. Arranca la primera sonrisa del mundo, de su mundo y el de la gente que está en el local. Se toma la chocolatada y como siempre, escupe el último poquito y sale a las carcajadas del almacén corriendo hacia la calle. Se para inmóvil en el medio de la avenida más transitada del pueblo, aclama su nombre y los autos frenan respetuosamente saludándolo con un afecto inusual. Es Tonito, el ser más querible e inofensivo de Capitán Sarmiento. Después de haber esquivado increíblemente autos y bicicletas, Tonito llega a la panadería del barrio La Loma. Se sienta en las banquetas entre los canastos repletos de pan caliente, recién cocidos en el horno a leña. Espera ansioso para ver a Margarita, que todavía está dormitando en su cama. Ella es su amor, su único amor. Margarita tiene 86 años, tiene las arrugas y la sabiduría del tiempo. Es la dueña de la panadería “Ferrati” y adora la presencia de Tonito, quién le hace reír con sus ocurrencias fuera de lugar. Son felices. Pero los minutos pasan y Margarita tarda en aparecer. Mientras tanto Tonito bromea y habla de fútbol con los gauchos que, temprano, vienen al pueblo a comprar las provisiones para el resto del día. Y de repente aparece su ángel con mate en mano y termo bajo el brazo. Se saludan tímidamente y matean hasta que la yerba no es más que palitos flotando. Profundamente enamorado de la vida, Tonito limpia camino hacia la plaza. Se sienta en uno de sus bancos y mira como el sol se posa en el centro del cielo marcando el mediodía. Siempre le han gustado los pájaros y las flores. Siempre fue adicto a la tranquilidad de la plaza San Martín. De joven solía adentrarse en los grandes arbustos con preciosas muchachas, prometiéndole casamiento a cada una de ellas, que morían de amor por el irresistible Tonito. Él era tremendamente feliz entre los puchos, el truco, la ginebra y las mujeres. Una lágrima se apoderó de su cara cuando imágenes del pasado acecharon su presente, como si una gota de racionalidad se apoderara de su inconciencia. Rápidamente despejó sus pensamientos y regresó a su rutina de visitador, compañía de todos los que pululan en suelo sarmientense. Mediodía. La tranquilidad se apodera de las calles, pero Tonito continúa en su recorrida diaria. Es el turno de visitar a Domingo, el remisero que siempre lo lleva a pasear en su Ford Falcon rojo. En el camino saludó a toda persona que se cruzara delante de sus diezmados ojos, y siempre que llega a una esquina se frena para gritar: -¡Tonito! ¡Soy Tonito! ¡Que viva el amor! ¡Que viva el Rojo carajo!-. Domingo lo espera con mate y con bizcochitos de la panadería de Barattini. Los dos, sentados en reposeras verdes de playa, miran el hormiguero de gente que se concentra en la entrada del supermecado San Cayetano. Es que hoy se rifa un lechón y se han vendido más de 2000 números. Domingo tiene esperanza: compró 10 numeritos, y está expectante. Finalmente el afortunado es el Flaco Quetim, viejo conocido del remisero. Se programa el asado. Tonito, el amigo del pueblo, obviamente está invitado. Tonito está feliz. Ya ni siquiera recuerda que a la noche tendrá que compartir un gran asado que felizmente organiza el Flaco Quetim luego de ganar la ponderada rifa. Solo está feliz porque piensa en ella, quiere cerrar los ojos y despertar sabiendo que es mañana, ir hasta la panadería de Margarita y tomar unos mates con su ángel. ¿Por qué no vuelve ahora? ¿Por qué no corre hacia la panadería en busca de su tan preciado amor? No puede, tiene otras cosas que hacer, como por ejemplo su paseo diario a bordo de la nave de Domingo, quien, a los bocinazos, trata de despabilar el turbio trance de Tonito. Una vez andando, Tonito vuelve a ser Tonito. Saca su cabeza por la ventana y profiere gritos guturales anunciando su paso. Todos los comerciantes lo saludan. Hasta el Laucha, quiosquero emblemáticamente pijotero, le regala una bolsa llena de caramelos Lipus y cigarillos Jockey. Tiemblan sus brazos débiles, tiene frío. Se lastima la mano tratando de hacer andar el encededor. Quiere fumar, se desespera. Sentado en el cordón de la calle, espera ansioso la llegada de Marcelo, el heladero que tiene su negocio en la esquina de su casa. Es la última parada que hace en el día. Le queda cerca y resulta un buen aperitivo para adelantar la cena. Desde lejos, Marcelo divisa la humanidad de Tonito, y lo ve impaciente. Sabe que está llegando tarde. -¡Marcelito querido! ¡Estás llegando tarde a tu trabajo, irresponsable! ¡Tonito pide explicaciones!-. Marcelo ríe y lo hace pasar a la parte trasera del local, donde enciende una estufa para calentar el gélido aire que se respira en el lugar. Tonito prende un pucho y pide helado de sambayón, sus órdenes son cumplidas e inmediatamente después se devora un kilo exacto de puro y sabroso sambayón. Es de noche y Tonito vuelve a su casa. Comerá el plato de fideos que, como todos los días, su vecino Juan Bozzini le prepara amorosamente. Fumará su decimocuarto cigarrillo del día. Cerrará sus ojos azules y pensará repetidamente el nombre de su amor. Tonito jamás volvió a despertar.


jueves, 18 de agosto de 2011

Los astros del fútbol (II)

Otra vuelta de tuerca más a los ases del profesionalismo en la Argentina de los años 30 de la mano del semanario Caras y Caretas y de las caricaturas de Ramón Batlle. Hoy se presentan en esta tribuna Sebastián Gualco, uno de los mejores cancerberos de la historia y el primero en sujetarle un tiro de penal al gran Bernabé Ferreyra, Delfín Benítez Cáceres, paraguayo de Boca que formó tridente en punta con Cherro y Varallo, y Herminio Masantonio, gloria quemera, de homenaje perpetuo en bustos y avenidas.

Sebastián Gualco (C.A. San Lorenzo de Almagro)

Su pinta cinematográfica es la atracción especialísima del bullicioso público femenino que coquetea detrás del enrejado. Sereno ante la inminencia del shot furibundo, epílogo de todos los ataques, elástico en la acción armoniosa de sus saltos felinos, Gualco constituye la seguridad máxima de la defensa del cuadro situado en privilegio, gracias al disciplinado esfuerzo de sus integrantes. Nació en la Capital Federal en 1913.

Gualco de San Lorenzo

Delfín Benítez Cáceres (C.A. Boca Juniors)

Posee un dinamismo que no sería exagerado calificarlo de maravilloso: valiente, decidido, factor único de difíciles victorias, su técnica audaz apuntaló épocas de oro de los colores campeones del gran Boca. Enardece tribunas hasta el paroxismo y arranca aplausos con jugadas impecables en el estilo. Delfín Benítez Cáceres nació en la ciudad de Asunción (Paraguay) el 24 de septiembre de 1910.

Cáceres de Boca

Herminio Masantonio (C.A. Huracán)

Hace demasiados años que es “crack”, demasiados años para un jugador de fútbol, lo cual demuestra a los que lo discuten que es un verdadero “crack”. Director de ataque, en el papel y en el verde de las canchas, lo que no ocurre siempre con los “centre forwards”, es animador incansable gracias a su físico privilegiado. Técnico, posee un “shot”, que sin ser de los furibundos, tiene calibre suficiente para meter miedo al hombre de entre los palcos.

Masantonio de Huracán

lunes, 15 de agosto de 2011

El equipo de los paquetes

Las dos mitades de Avellaneda
Cuenta la leyenda popular que la rivalidad entre Independiente y Racing por la hegemonía en Avellaneda nació en 1907, durante el campeonato de tercera división. Encabezaban las posiciones de vanguardia Racing y Atlanta y en esos momentos Independiente no era un rival a tener en cuenta, más bien era el blanco perfecto para los puntas de los equipos importantes, que aspiraban al título de mejor scorer del torneo. Cuando Independiente se enfrentó a Atlanta echó mano de un portero que no había jugado nunca y que, desafortunadamente para el rojo, tuvo una actuación lamentable. Si los rivales no la metían a la primera, el propio guardavallas colaboraba con tan poco tino que la redonda terminaba una y otra vez descansando en el fondo de su portería. El resultado final fue de 21-0 para los bohemios. Pero lo peor estaba por llegar. Tocaba enfrentar a Racing y, conocida la superioridad de éstos sobre Atlanta, los aficionados de la academia cruzaron apuestas, asegurando algunos que en cada tiempo le caerían a Independiente 20 goles para un resultado final de 40-0. Los dirigentes de Independiente trataron de aplazar el partido otorgándole los puntos al rival, pero la propuesta fue rechazada y los jugadores de Racing ingresaron en el field vacilando al oponente mientras los espectadores se jactaban en la tribuna mostrando al viento sus sonrisas de oreja a oreja. Pero pronto se les frunció el ceño. Independiente se avanzó con dos goles que fueron igualados a escasos minutos del final por Racing. Y entonces llegó el tercero del rojo que dejaba sin puntos y sin ascenso a segunda a Racing.
Esta es la historia que se cuenta pero hay que contar más. Hay que contar la historia del equipo de los paquetes, un grupo de jugadores de Racing que cruzaron la calle para enrolarse en el equipo de la acera de enfrente.
Nuevamente Emilio Dudelo, desde las páginas de Caras y Caretas, es el encargado de poner luz y taquígrafo en este asunto:
“Una incidencia dentro de Racing determinó aún más la rivalidad entre estos dos clubs que tienen el predominio del público en Avellaneda. Desde hacía tiempo se venía ahondando en ese club una división en sus filas de jugadores. Un grupo de éstos, personas todas de labor y de modesta condición, se sentían molestas por las bromas de sus propios compañeros, de sus consocios, pues, como no contaban con recursos para comprarse la valija usual para llevar la ropa, la llevaban envuelta en diarios. A un gracioso se le ocurrió bautizarlos como “el equipo de los paquetes” y, lo que comenzó como una broma, determinó finalmente una escisión de las filas de Racing para ingresar en las filas de Independiente. “El equipo de los paquetes” estaba capitaneado por los hermanos y Amodeo y Miguel Larralde. El primero tiene en la actualidad (1-12-1934) el número uno del fichero de socios; Miguel falleció un año después de cumplir el Club Atlético Independiente sus bodas de plata. Ambos hermanos pasaron a inyectar su optimismo y entusiasmo al Independiente con juntamente con “los otros paquetes” , Florencio García Romero, Tomás Caferatta, Balbino Ochoa, Carlos Moretti, Manuel Deluchi, Juan Collazo, Braulio Ibáñez y Germán Bidaillac. Este pase de Racing a Independiente dividió también al público. Parte de la hinchada de Racing pasó simpatizando con “los paquetes” a engrosar las filas de la hinchada de Independiente, lo que determinó un triunfo para este club, que vio engrosar rápidamente sus arcas, consolidarse sus cuadros de jugadores, y tonificarse la simpatía que ya tenía en el público de Avellaneda”.

jueves, 11 de agosto de 2011

Cubillas, el preferido de Pelé

Quería agradecer a Waldemar Iglesias,  del diario Clarín de Argentina,  la mención  en este excelente artículo sobre el Nene Cubillas y Pelé titulado "Cubillas, el preferido de Pelé".
En el mismo se repasa la vida del as peruano y se hace eco de un articulo publicado en sillonbol.com sobre el interés del F.C. Barcelona de Rinus Michels por los servicios del crack de Punta Piedra. También me llena de orgullo verlo, punto por punto, colgado en la página de la Federación Peruana de Fútbol.

Cuando ya se hablaba de su talento en los tiempos del Alianza Lima, fueron a verlo Rinus Michels -el entrenador del gigante catalán- y Josep María Minguella. Buscaban un socio para Johan Cruyff. Al final se decidieron por otro peruano destacado de ese tiempo: Hugo Sotil. Al respecto, escribió en su blog el periodista Tonito Santa Bochini: "Así fue como se gestó la llegada Hugo Cholo Sotil al equipo catalán y cómo se perdió en el Camp Nou la oportunidad de ver a un jugador con un golpe de pelota sencillamente magistral".

Aquí lo reproduzco tal y como apareció publicado en Planeta Redondo el 7 de abril pasado.

 
Cubillas, el preferido de Pelé

07/04/11 - Por Waldemar Iglesias
Fue el mejor futbolista peruano de todos los tiempos y uno de los grandes cracks de los años 70, cuando Pelé lo mencionó como su sucesor. Fue además quien inspiró a Chilavert para patear tiros libres.


La escena sucedió en el lobby del hotel Sandton Sun, en Johannesburgo. Teófilo Juan Cubillas Arizala estaba ahí, donde se hospedan las personalidades invitadas por la FIFA al Mundial de Sudáfrica. Al mejor futbolista peruano de todos los tiempos no le cabía el asombro en el cuerpo. Lo abordaban periodistas de orígenes e idiomas diversos. Fotos, palabras, anécdotas, recuerdos. Y una expresión después de responder la última pregunta y de firmar el penúltimo autógrafo: "No sabía que era tan famoso". Después llegó esa sonrisa impecable que mantiene desde los tiempos en los que le comenzaron a decir El Nene.

No había casualidad en la situación ni en los reconocimientos ni en la admiración multiplicada. Cubillas fue uno de los grandes futbolistas de su tiempo. Sobran datos: fue elegido como el futbolista sudamericano del año en 1972 e integra la lista de los 50 mejores jugadores del siglo XX publicada en 2004 por la IFFHS y homologada por la FIFA. Hay más: este hombre que el mes pasado cumplió 62 años es el octavo goleador en la historia de la Copa Mundial de Fútbol. Y con un par de detalles que hablan maravillas de ese logro: no era estrictamente un delantero y aún así supera en cantidad de goles y en promedio a los inmensos Maradona, Cruyff, Platini, Zico y Zidane.

"Elegancia, belleza, ataque y goles, Teófilo Cubillas fue un símbolo del fútbol ofensivo y creativo en los años 70", lo retrata el blog Historia del fútbol mundial. Arrancaba como 10 y llegaba como un centrodelantero más. Fue símbolo de la Era de Oro del seleccionado peruano. El crack nacido en Punta Piedra -Departamento de Lima- es el máximo anotador en la historia del equipo nacional (con 26 tantos), ganó la Copa América de 1975 y estuvo entre los ocho mejores seleccionados del mundo en los Mundiales de 1970 y de 1978. En todos los casos, abrazado al carácter lúdico de este deporte. A principios de esa década, tras su irrupción mágica en la primera Copa del Mundo organizada por México, Pelé -campeón y máxima estrella de entonces- le dijo al mundo: “No se preocupen, ya tengo sucesor y es Teófilo Cubillas”.

Sobre él se escribieron libros (como “La gran jugada o crónica deportiva que trata de Teófilo Cubillas y el Alianza Lima” de Arturo Corcuera) y se gastaron adjetivos para calificar su juego exquisito y su pegada notable. Era admirado y admirable. José Luis Chilavert, arquero estupendo de pegada decisiva, contó en 2006: "Cuando vi el gol de Cubillas a Escocia, decidí que yo también quería patear tiros libres". Se refería a un notable remate a tres dedos, por afuera de la barrera, sucedido en Córdoba, durante el Mundial de la Argentina.

En el último febrero, el periodista venezolano José Marcos le preguntó sobre esa pegada que era puro deleite. Cubillas lo explicó: "Todo es posible, en la medida que le dediquemos tiempo a lo que más dominamos. Waldir Pereira (Didí) era famosísimo en el cobro de los tiros libres; él fue el responsable de mis goles de falta, de mis remates de larga distancia. A base de entrenarme me hice ambidiestro. Y buscaba la aprobación de Víctor Zegarra, un malabarista con la pelota, mi ídolo de Alianza".

Fue campeón en cada país en el que jugó durante su larga carrera de 615 partidos y 338 goles. En Perú, con Alianza Lima; en Suiza, con el Basel; en Portugal, con el Porto; y en Estados Unidos, con el Miami South Florida. También estuvo muy cerca de pasar al Barcelona. Cuando ya se hablaba de su talento en los tiempos del Alianza Lima, fueron a verlo Rinus Michels -el entrenador del gigante catalán- y Josep María Minguella. Buscaban un socio para Johan Cruyff. Al final se decidieron por otro peruano destacado de ese tiempo: Hugo Sotil. Al respecto, escribió en su blog el periodista Tonito Santa Bochini: "Así fue como se gestó la llegada Hugo Cholo Sotil al equipo catalán y cómo se perdió en el Camp Nou la oportunidad de ver a un jugador con un golpe de pelota sencillamente magistral".

Eran días de protagonismo para el fútbol peruano. En 1971, por ejemplo, se armó un combinado con futbolistas del Alianza Lima y del Deportivo Municipal para enfrentar a uno de los grandes equipos de aquellos años, el Bayern Munich. Los alemanes miraron sin entender cómo su rival los pasaba por arriba y los goleaba (4-1, al cabo). Sobre aquel episodio ocurrido en Lima, escribió el periodista Carlos Tassara: "Las patadas, sin embargo, no asustaron a los locales. Es más, inspiraron a Cubillas y Sotil, que se juntaron e hicieron genialidades. El ‘Nene’, incluso, se lució con dos ‘pepazas’, ambas en el segundo tiempo. La primera fue tras un gran desborde del ‘Cholo’ -quien se llevó a tres defensas alemanes-, ganándole en velocidad al ‘Káiser’ y definiendo con categoría ante el ‘achique’ de Maier. En el otro, ambos combinaron y le volvieron a romper la cintura a Beckenbauer, y Cubillas, finalmente, volvió a definir con la clase que lo caracterizaba".

Tenía otro rasgo: era un futbolista particularmente limpio, una suerte de militante del Fair Play, cuando esa palabra todavía no se mencionaba por los territorios americanos. En su carrera de 21 años, jamás fue expulsado y apenas recibió una tarjeta amarilla. Tenía una receta inmejorable: ante los golpes, reaccionaba con más futbol y ninguna palabra. También de ese modo, el preferido de Pelé se convirtió en el Maradona de Perú.




martes, 9 de agosto de 2011

Los astros del deporte (I)

Buceando nuevamente en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional me he encontrado unos dibujos maravillosos del caricaturista Ramón Batlle con los que el semanario argentino Caras y Caretas presentaba a sus lectores las figuras consagradas y las mejores promesas del  foot-ball de la época. La sección se llamaba Los Astros del Deporte y en ella aparecieron durante los años 1938 y 1939 estas ilustraciones a todo color de los ases del profesionalismo que entonces desempeñaban en Argentina.

Arsenio Erico (C.A. Independiente de Avellaneda)

Cuando la línea delantera de Independiente avanza peligrosamente en el campo adversario, los aficionados esperan el remate final de Erico para gustar del espectáculo de sus saltos maravillosos. El acrobático y bailarín centre-forward, cuya eficacia como goleador la evidencia la estadística, es por su juego personalísimo el plato fuerte de todos los aficionados. Arsenio Pastor Erico nació en la ciudad de Asunción, Paraguay, el 30 de marzo de 1915.

Erico de Independiente

Carlos Peucelle (C.A. River Plate)

Simpatizantes de todas la camisetas han batido palmas a la siempre eficaz labor de Carlitos Peucelle, alias Barullo, El Hombre Orquesta, etc, etc; un etcétera inconmensurable, como cuadra al jugador más popular, valor auténtico del fútbol argentino. Carlos Peucelle, dicho así, seriamente, es un número puesto en el agradecimiento unánime de toda la afición, que, sabia en el arte de movilizar la redonda, ve en él a uno de los mejores defensores de nuestros colores en las justas internacionales.

Peucelle de River

Antonio Blanco (C.A. Platense)

Hace siete años que en completo acuerdo con el negro Ibánez les salvó la plata a los modestos representantes del fútbol de la simpática barriada de Núñez. La energía de sus rechazos que la potencia del shot impone inmediata lejanía al peligro, se ve a veces menoscabada por su tendencia a practicar sus predilectas chilenas que angustian el corazón de la hinchada. Salvado el defecto, Blanco tiene condiciones de crack insuperables que le colocan entre los mejores backs de la liga profesional.

Blanco de Platense




domingo, 7 de agosto de 2011

El delantero Querejeta


Revista ON (Número 199)
La Revista ON es el suplemento semanal que viene con el diario DEIA. En el número 199 del 16 de julio pasado traía en la portada al productor, guionista y director de cine Elías Querejeta, padre de Gracia y responsable de títulos tan imprescindibles como El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Deprisa, deprisa (Carlos Saura, 1981), Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995 ) o Barrio (Fernando León de Aranoa,1998). También codirigió junto con Antxón Eceiza el corto documental A través del fútbol (1962), deporte que practicó siendo muy chico y que abandóno prematuramente para dedicarse a su gran pasión cinematográfica. Así lo reseña el suplemento ON:

"Nació en Hernani 27 de octubre de 1934. Con solo 18 años de edad jugó su primer partido en la primera división española. Es recordado principalmente por el gran gol que marcó  en el Estadio de Atocha al Real Madrid de Di Stéfano. Ese gol valió la victoria a la Real. En 1958 decidió dejar el mundo del fútbol con solo 23 años de edad y se marchó de su Guipúzcoa natal a Madrid para dedicarse profesionalmente al cine, su gran pasión."

Ese gol, anotado el 9 de octubre de 1955, se relató así en las páginas de El Mundo Deportivo de Barcelona. Corría el minuto 42 de la primera parte, y con la grada dando por bueno el empate al descanso llegó el gol de Querejeta:

 "¡Y qué gol! Inicia el avance Paz desde el centro del campo por la banda izquierda y cede a Igoa, éste devuelve medida la pelota y se la sirve en bandeja a Querejeta. El pequeño realista se filtra entre Navarro y Marquitos y cuando sale Alonso, con serenidad y habilidad de maestro, le cuela la pelota por el ángulo. Una enorme explosión de entusiasmo en los graderíos, con agitar de pañuelos, mientras Quetejeta es estrujado por sus compañeros."

Aquella tarde fueron de la partida en el Real Madrid los históricos Alonso, Navarro, Marquitos, Atienza II, Manolín, Zárraga, Joseíto, Wilson, Di Stéfano, Rial y Gento.
Toda una hazaña la de Querejeta, digna de sus mejores guiones.




miércoles, 3 de agosto de 2011

El escudo de Chacarita

La Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España es una especie de pozo sin fondo que esconde curiosidades como ésta, que aparece en la edición del  semanario festivo, literario, artístico y de actualidades Caras y Caretas. La publicación bonaerense es la reaparición en Argentina del título que el emigrado español Eustaquio Pellicer fundara en Montevideo en 1890.
Emilio Dudelo explica en la edición del 2 de febrero de 1935 el origen del escudo funebrero y cómo acabó el primer balón propiedad de club tricolor:

EL SELLO DEL CLUB Y LA PRIMERA PELOTA

El sello de Chaca
Difícil era reunir el dinero para comprar el sello, que ya hemos visto al historiar la vida de otros clubes de fútbol que es uno de los requisitos indispensables para dar carácter de formalidad a estas instituciones. Era difícil reunir fondos, pero aquellos a chavales se les ocurrió pronto el medio de arbitrar recursos.
Después de una reunión en “lo del gallego Fernández”, pues también les sirvió de local social la casa de Antonio Fernández, quien les habilito un galpón en los fondos de su casa en las calles Charlone y Estado para que se reunieran allí los días de lluvia, tomó cuerpo la idea de la adquisición del sello.
En una de esas reuniones se acordó recolectar diarios en todas las casas del barrio. Fue una fácil colecta. Los diarios se tiraban, y allá iban en peregrinación, de puerta en puerta, los socios de Chacarita Juniors, solicitándolos.
La colecta fue grande. Se reunieron varios kilos de papel, y el financista de la institución, Juan Faccio, procedió a la negociación en un comercio de Villa Crespo, obteniendo los tres primeros pesos con que se mandó hacer el sello de goma, que aún se conserva en el club.
Para la pelota no hubo dinero. El desengaño de los muchachos trascendió y el comisario de la sección 33ª, entonces un tal Sider, se compadeció de aquellos futbolistas y, con la condición de que jugaran un partido amistosos con el Club Defensores de Villa Crespo, del que se habían separado para fundar Chacarita Juniors, les obsequió una hermosa pelota que duró apenas los quince primeros minutos de juego pues, a consecuencia de un certero puntapié de Arístides Roncheri, “sonó” en medio de la cancha.




martes, 2 de agosto de 2011

This is Barça

Mia Hamm
 El F.C. Barcelona ha presentado mundialmente el reportaje 'This is Barça' protagonizado por Mia Hamm, doble campeona mundial y olímpica con la selección nacional de fútbol de Estados Unidos. La ex-jugadora, embajadora del club catalán, explica lo que significa pertencer a la familia Barça.
Considerada una de las mejores de todos los tiempos, esa especie rara de jugador que puede marcar la diferencia entre ganar y perder, la estadounidense está volcada desde que colgó las botas en la fundacion que lleva su nombre, la Fundación Mia Hamm, una organización dedicada a ayudar a aquellos pacientes necesitados de transplantes de médula o sangre del cordón umbilical y promover oportunidades para las mujeres jóvenes en el deporte.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Y por qué Fábregas?

"Senda de campeones" de Martí Perarnau
Es la pregunta del verano y a partir de ella surgen otras tantas. Yo le he estado dando vueltas y más vueltas durante el periodo de vacaciones: ¿por qué astillar 40 millones de euros en un futbolista cuyo puesto está perfectamente cubierto por hombres de la talla de Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Seydou Keita o Javier Mascherano? ¿por qué empeñarse en repescar al de Arenys si cuando era cadete abandonó la casa sin mirar ni siquiera para atrás y sin tanto besuqueo a ese escudo que ahora de repente extraña tanto? ¿por qué no guardar ese dinero para mejores empresas y esperar a la explosión definitiva y no tan lejana en el tiempo de Thiago Alcántara? ¿Por qué, por qué, por qué…?
Las posibilidades para responder a todas estas cuestiones tan trascendententales para el barcelonisno son también múltiples a la par que sencillas, algunas aplicando mínimamente el sentido común y otras tan viejas como el hambre.
La primera posibilidad podemos encontrarla, aunque parezca una broma, en Mourinho y su Real Madrid. El final del curso pasado hizo que saltaran las alarmas en Pep Guardiola y en la secretaría técnica de la avenida de Les Corts. El equipo llegó a los partidos transcendentes de la temporada cogido por alfileres por culpa de las lesiones de Puyol y Abidal. Afortunadamente, de medio campo hacia delante, las bajas fueron mínimas, pero hubo encuentros que se jugaron sin Iniesta y otros en los que los tobillos apartaron a Xavi del once inicial. Así las cosas, los madridistas se plantaron más frescos para jugarse las habichuelas. Quedó claro (aunque eso ya se sabía de inicio) que el fondo de armario de Mourinho era más amplio que el de Guardiola y por eso Pep ha decidido este año modificar su discurso y abogar por una plantilla de 20 jugadores y que todos ellos sean posibles titulares.
Y sin darnos cuenta encontramos otra posible solución al jeroglífico y esta dirigida a evitar la relajación en un equipo que la afición recita de carrerilla. El F.C. Barcelona, que ha subido a Thiago y a Fontás al primer equipo, ha fichado a Alexis Sánchez y pretende cerrar en breve la contratación de Cesc. Los dos chavales del filial deben foguearse con los mayores y esperar su turno esperando a que los veteranos como Keita, Puyol, Xavi o Abidal se decidan a colgar los botines. Sin embargo los dos fichajes de relumbrón llegan con otras intenciones: aumentar la competitividad y añadir variantes al repertorio. Son dos titulares en potencia: el chileno puede moverle el sillón a cualquiera de los de arriba en los choques importantes y el catalán debe pelear de tú a tú por un puesto en la medular con las vacas sagradas, acostumbradas a ganar y a tener dorsal asegurado desde el inicio. Evitar la relajación y subir el nivel, justo lo que hizo el Real Madrid el año pasado. Este año, sin embargo, el Real Madrid parece haber comprado suplentes para doblar todos los puestos. Ninguno apunta maneras para modificar el escalafón. Parece difícil que Sahin pueda sacar de inicio a Xabi Alonso del equipo titular (está por ver, pero parece inviable que Mourinho se decida a alinearlos juntos en partidos de alto voltaje), que Callejón aparte de la banda a Di María o que Varane desplace a Pepe o a Carvalho. Altintop parece condenado a partidos de tercera fila y sólo Coentrao apunta a titular pero a costa de sacrificar la banda de Marcelo.
Pero aunque todo lo anterior sea motivo suficiente para cerrar definitivamente el pase de Cesc Fábregas (rotaciones, descanso, competitividad, etc.) el motivo que realmente lleva a Pep Guardiola a porfiar sin descanso para que le concedan un último capricho hay que buscarlo algunos años atrás, hacia 1972, cuando Laureano Ruiz arribó a la Ciudad Condal para modificar los cimientos del fútbol base azulgrana.
El de Santpedor quiere evolucionar, dar una vuelta de tuerca más a su visión del fútbol y así, de paso, evitar que los rivales le cojan el truco. Es el propio preparador cántabro el que se lo cuenta a Martí Perarnau en “Senda de campeones”:

“Rinus Michels ya juega con el 4-3-3 el Barca del año 1974. El año bueno de Sotil es con Sotil jugando cerca de Cruyff y el extremo izquierdo yéndose más atrás. Cuatro defensas con uno de ellos haciendo de escoba, tres medios y tres delanteros. Luego, en 1976 llego yo al equipo y hacemos eso mismo, el 4-3-3 (antes lo había implantado en juveniles), pero cuando el equipo rival te jugaba 4-4-2 yo adelantaba al defensa más ofensivo y jugaba con tres defensas: dos marcadores y el hombre escoba. Resultado: 3-4-3. Años más tarde. Cruyff repite la operación a partir de una pregunta simple: ¿Si el contrario tiene dos delanteros para qué quiero yo cuatro defensas? Y, además con eso evitas que haya superioridad contraria en el centro del campo. Tenemos siete jugadores en campo contrario para pelear con ocho rivales?”.

Todas las repuestas son válidas para comprender el empecinamiento de Pep Guardiola con Cesc Fábregas: aumentar los recursos, fomentar la competencia entre los jugadores y evolucionar hasta llegar al 1-3-4-3 que ideó Laureano Ruiz y que asomó en los tiempos de Johan cuando Eusebio o Iván Iglesias arrancaban desde el lateral derecho. En definitiva, sublimar el modelo, alcanzar la idea nuclear que se cita en “Senda de Campeones”.
Por eso este año no será extraño ver un equipo sin lateral izquierdo, posición de partida de un Fábregas que terminará incrustado con Xavi, Sergio e Iniesta en la media mientras Alves avanza por la derecha y Piqué coge la escoba para barrer al delantero que se escape del pegajoso marcaje de Puyol.
Veremos si para semejante viaje son necesarias alforjas tan fuera de mercado.



jueves, 7 de julio de 2011

El poder de la pelota

Gracias a mi compañero de trabajo Josu, puedo compartir este video grabado en Tilouguit (Marruecos) por el grupo de aventura y expediciones Ur Nomade. En cada viaje organizan un partidillo con arbitraje local entre los niños y después el balón se queda en manos del maestro del pueblo para uso de la chavalería hasta que otros expedicionarios lleguen a montar una nueva pachanga.
Sencillamente genial.

miércoles, 6 de julio de 2011

Daniel Ibañes Caetano

Dani con el 14 de España
Hoy cumple años Daniel Ibañes Caetano (6-7-1976), el futsalero irrepetible que llegó de Sao Paulo para ganar todo lo ganable con Caja Segovia, Intervíu y nuestro equipo nacional.
Como regalo para esta fecha tan señalada, rescato un audio de La Deporteca de Radio Marca del 17 de junio pasado donde recordaron su gran momento llevando a la espalda el dorsal 14 de la selección española.
Ocurrió en Guatemala un mes de diciembre del año 2000: