Otra lámina cargada de mística que dejó para los libros el Mundial de España es la del marcaje individual más áspero que recuerda el ojo humano.
Quedó inmortalizado para siempre en el campo de la Carretera de Sarriá el 29 de junio de 1982 donde Claudio Gentile, futbolista juventino de 29 años, caminó clandestinamente por las molduras del reglamento con la connivencia del colegiado rumano Nicolae Rainea.
Tan incrustado en Maradona como el escudo en la celeste y blanca, el volante de marca italiano repartió bastonazos de todos los calibres, pero a pesar de llevar hasta el borde las indicaciones de su técnico, salió únicamente con la cartulina amarilla que le cobraron a los diez minutos.
El resto lo pusieron la puntería de Marco Tardelli y el mételo tú que a mí me da la risa de Bruno Conti para Antonio Cabrini.
Cuando sonaron los tres pitidos últimos Italia empezó a ser campeona del mundo.
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