Al caer del salto en una disputa con un zaguero rival, el capitán del Eterno Campeón empezó a sentirse indispuesto y fue trasladado al Hotel Inglaterra donde le fue diagnosticada una peritonitis derivada y aguda que fue avanzado en gravedad hasta precisar de operación.
Era costumbre de la época y por eso el párroco de San Lorenzo confesó al paciente y le administró el Viático y la Extremaunción.
Sus dos hermanos, uno secretario y el otro jugador también de El Cacique , presenciaron emocionados la escena.
Sobre las seis y media de la tarde de aquel lunes el pulso del insider izquierdo se fue debilitando hasta que el infeliz deportista dejó de existir.
La trágica pérdida está grabada a fuego en la historia de Colo Colo y por ello su cuerpo descansa actualmente en el Mausoleo de los Viejos Cracks del Club en el Cementerio General de Santiago.
En aquella gira por Europa del equipo que ha sabido ser campeón, Arellano exhibió por primera vez un remate desconocido hasta entonces por estos pagos, una filigrana mirando a la portería propia, con el cuerpo suspendido del aire y la espalda picando al suelo para impulsar las dos piernas en tijera…
Vino de Chile para dejarnos la chilena y componer de paso el que desde hoy es mi pedacito favorito de la bendita memoria balompédica.
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