Marcelino Martínez Cao nació en Ares, A Coruña, el 29 de abril de 1940 y formó junto a Canario, Santos, Villa y Lapetra una irrepetible delantera del Real Zaragoza en la lejana década de los sesenta.
Fueron bautizados como Los cinco magníficos y con su buen hacer entre las cuatro líneas blancas fueron capacez de llevar a las vitrinas de La Romareda dos Copas del Generalísimo y una Copa de Ciudades en Feria en una época en la que Real Madrid y FC Barcelona no dejaban escapar muchos trofeos.
Pero si por algo es recordado Marcelino fue por el gol que anotó el 21 de junio de 1964 en el Estadio Santiago Bernabéu en la final de la segunda Copa de Europa de Naciones.
Al paso por el minuto 84 el ariete blanquillo cazó una pelota enviada desde la derecha por Chus Pereda y picando un sublime testarazo colocó el cuero pegado al palo izquierdo del mejor portero de todos los tiempos, el ruso Lev Yashine, La Araña Negra.
Aquel cabezazo le dió a España su primera Copa Henri Delaunay, y con la bola traspasando la línea de meta sovietica el Caudillo de España pudo al fín secarse el frío sudor que le recorría el pescuezo de sólo pensar en entregarle el galardón el capitán del enemigo comunista.
Escuchar el himno de los rojos antes de comenzar el partido y ver ondear junto al yugo y las flechas el pendón con la hoz y el martillo eran suficiente castigo para una tarde de fútbol.
Los once heróes de Chamartín fueron Iríbar, Rivilla, Olivella, Calleja, Zoco, Amancio, Fusté, Pereda, Marcelino, Suárez y Lapetra, sabiamente aleccionados en el vestidor por el comandante de infantería José Villalonga.
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