lunes, 15 de agosto de 2011

El equipo de los paquetes

Las dos mitades de Avellaneda
Cuenta la leyenda popular que la rivalidad entre Independiente y Racing por la hegemonía en Avellaneda nació en 1907, durante el campeonato de tercera división. Encabezaban las posiciones de vanguardia Racing y Atlanta y en esos momentos Independiente no era un rival a tener en cuenta, más bien era el blanco perfecto para los puntas de los equipos importantes, que aspiraban al título de mejor scorer del torneo. Cuando Independiente se enfrentó a Atlanta echó mano de un portero que no había jugado nunca y que, desafortunadamente para el rojo, tuvo una actuación lamentable. Si los rivales no la metían a la primera, el propio guardavallas colaboraba con tan poco tino que la redonda terminaba una y otra vez descansando en el fondo de su portería. El resultado final fue de 21-0 para los bohemios. Pero lo peor estaba por llegar. Tocaba enfrentar a Racing y, conocida la superioridad de éstos sobre Atlanta, los aficionados de la academia cruzaron apuestas, asegurando algunos que en cada tiempo le caerían a Independiente 20 goles para un resultado final de 40-0. Los dirigentes de Independiente trataron de aplazar el partido otorgándole los puntos al rival, pero la propuesta fue rechazada y los jugadores de Racing ingresaron en el field vacilando al oponente mientras los espectadores se jactaban en la tribuna mostrando al viento sus sonrisas de oreja a oreja. Pero pronto se les frunció el ceño. Independiente se avanzó con dos goles que fueron igualados a escasos minutos del final por Racing. Y entonces llegó el tercero del rojo que dejaba sin puntos y sin ascenso a segunda a Racing.
Esta es la historia que se cuenta pero hay que contar más. Hay que contar la historia del equipo de los paquetes, un grupo de jugadores de Racing que cruzaron la calle para enrolarse en el equipo de la acera de enfrente.
Nuevamente Emilio Dudelo, desde las páginas de Caras y Caretas, es el encargado de poner luz y taquígrafo en este asunto:
“Una incidencia dentro de Racing determinó aún más la rivalidad entre estos dos clubs que tienen el predominio del público en Avellaneda. Desde hacía tiempo se venía ahondando en ese club una división en sus filas de jugadores. Un grupo de éstos, personas todas de labor y de modesta condición, se sentían molestas por las bromas de sus propios compañeros, de sus consocios, pues, como no contaban con recursos para comprarse la valija usual para llevar la ropa, la llevaban envuelta en diarios. A un gracioso se le ocurrió bautizarlos como “el equipo de los paquetes” y, lo que comenzó como una broma, determinó finalmente una escisión de las filas de Racing para ingresar en las filas de Independiente. “El equipo de los paquetes” estaba capitaneado por los hermanos y Amodeo y Miguel Larralde. El primero tiene en la actualidad (1-12-1934) el número uno del fichero de socios; Miguel falleció un año después de cumplir el Club Atlético Independiente sus bodas de plata. Ambos hermanos pasaron a inyectar su optimismo y entusiasmo al Independiente con juntamente con “los otros paquetes” , Florencio García Romero, Tomás Caferatta, Balbino Ochoa, Carlos Moretti, Manuel Deluchi, Juan Collazo, Braulio Ibáñez y Germán Bidaillac. Este pase de Racing a Independiente dividió también al público. Parte de la hinchada de Racing pasó simpatizando con “los paquetes” a engrosar las filas de la hinchada de Independiente, lo que determinó un triunfo para este club, que vio engrosar rápidamente sus arcas, consolidarse sus cuadros de jugadores, y tonificarse la simpatía que ya tenía en el público de Avellaneda”.

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