domingo, 19 de septiembre de 2010

20 de septiembre

Un día como hoy de 1917 alumbraron en Montevideo a Obdulio Varela, el Negro Jefe, capitán uruguayo en el célebre Maracanazo.
También un día como hoy de 1983 nos dejaba para siempre Angelito Labruna, no diga River Plate, diga Labruna.
Pero hoy más que nunca, quiero recordar al mejor entrenador británico de todos los tiempos rescatando un artículo de hace algunos meses y al que la bebida se llevó de este mundo también un 20 de septiembre, este del año 2004.

BRIAN CLOUGH, EL VIEJO CREÍDO

"Es, además de la mejor película ambientada en el mundo del fútbol de todos los tiempos, una impecable reflexión sobre la soledad en el deporte"

David Broc (Fotogramas)


Ese pálpito tengo yo desde el mismo día que tuve la oportunidad de ver por primera vez este largometraje, del que por otra parte no había oído hablar ni una sola palabra.
Sí recuerdo en cambio, que hace unas semanas, tomando unas copas por Cangas le recomendé, o más bien obligué a Oliver a quedarse con la copia que le ofrecía el chico del top manta que suele parar por los viernes por nuestras parroquias de alterne.
Sabía que le iba a gustar tanto como a mí, que la vi de casualidad solo unos meses después de su estreno en 2009.
Tengo que reconocer que no tenía muchas esperanzas depositadas en ella, pero ya desde la primera secuencia me dejó cautivado, transpiraba fútbol, fútbol inglés de la época, de estadios viejos y campos embarrados hasta la rodilla.
Me pareció tan bueno el guión que por un momento pensé si era posible que todo eso hubiese pasado alguna vez.
Y llegó el final, y el final…¡¡¡Dios¡¡¡... el final tiene algo excepcional.
Resulta que la película está basada en hechos reales, hechos que ocurrieron en el fútbol inglés al final de la década de los sesenta y principios de los setenta, los tiempos del intocable Leeds de Don Revie.
Por eso no es una película olvidable, y estos días la figura del protagonista me volvió a revolotear por la cabeza después de ver a José Mourinho llevar al Inter de Milán a conquistar su tercera Copa de Europa en el Estadio Santiago Bernabéu.
Porque en el fondo, el preparador portugués tiene algunas cosas de Brian Clough, el personaje alrededor del cual gira la cinta, que como entrenador destacó sobre todo por su capacidad para motivar a los jugadores.
Salvo los 44 días que dirigió al mejor equipo británico del momento, el Leeds United, Clough siempre estuvo al mando de naves con pocos recursos, equipos modestos y sin apenas nombre zurcidos con jugadores desahuciados para el fútbol y que bajo su batuta alcanzaron sus cotas más altas como profesionales.
Equipos como el Derby Country, al que salvó del descenso en la First División y que hizo campeón el segundo año en la élite.
Pero la cinta se queda coja a propósito llegando unicamente hasta la destitución de Clough en Elland Road tras ese desastroso mes y pico y un esporádico paso por la tercera división.
Lo realmente grande llega en los títulos de crédito donde se repasa su trayectoria a partir de entonces, en el Forest, un don nadie reconstruído con retales al que sacó de la segunda categoría para hacerlo dos veces consecutivas Campeón de la Copa de Europa.
Por eso hoy es buen día para recomendar la película de Tom Hooper, porque para que la coincidencia sea total, un 28 de mayo de 1980, con un gol de John Robertson, el Forest de Brian Clough derrotaba al Hamburgo de Kevin Keegan en la final disputada en el Santiago Bernabéu, que hace unos días sucumbió al efecto Mou y donde John McGovern, el jugador que había fichado para jugar en cuarta categoría y al que contrató en todos sus equipos, levantó al cielo de Madrid el segundo entorchado continental de los chicos de The City Ground.
Grande Clough, grande Mou y grande ese mítico e inolvidable Nottingham Forest de Trevor Francis.

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