sábado, 12 de marzo de 2011

Caballeros

Al terminar el partido de hoy y enfilar por el pasillo de vestuarios me encontré al entrenador del equipo rival en la caseta del árbitro.
Estaba suplicándole con las mejores palabras que retirase la segunda tarjeta amarilla de nuestro central. Esa cartulina injusta les había dado la ventaja de jugar media parte con uno más, pero al final no pudieron remontar el gol que llevábamos de ventaja.
Lo llamativo del asunto es que el muchacho es hermano de Oscar de Marcos, jugador del Athletic Club, y ese gesto demuestra que incluso en la derrota se puede ser un caballero y un gran educador.
El partido al que hago referencia era el Olarizu CD-Rioja Alavesa de la Primera Cadete de Alava.

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