martes, 20 de julio de 2010

Y aquel mundial ¿quién nos lo devuelve?

El árbitro italiano Roberto Rosetti, de 42 años, anunció su retirada del arbitraje, aunque dijo que en ella no ha influido su error al no pitar fuera de juego al argentino Tévez en el partido de octavos de final contra México del Mundial de Sudáfrica.

Diario de Mallorca (Jueves 08 de julio de 2010)


Se veía venir porque no es la primera vez que hace una gansada de estas dimensiones, aunque lo de Sudáfrica, concediendo el tanto en posición adelantada de Carlitos Tévez debajo de todos los focos del mundo tiene menos justificante que mandar a una abuela a comprar pitillos.

A pesar de dejarnos ganar la Eurocopa en 2008, este trencilla italiano se va de rositas con una deuda impagada con nuestro país.

Ocurrió el 19 de diciembre de 2003 cuando España se plantó en la final de la Copa del Mundo U-20 ante la selección nacional de Brasil.

Tras caer en el inicial ante la Argentina de Javier Mascherano, Gonzalo Rodríguez, Pablo Zabaleta y el suplentísimo Carlos Tévez, los chavales de José Armando Ufarte se plantaron en la final del Abu Dhabi Zayed Sports City al compás marcado por la batuta de Andrés Iniesta.

En ese partido final Andresín conoció en persona a los que hoy son sus compañeros de equipo Dani Alves y Adriano Correia y a otros como Nilmar y Renato que andan por ahí dando guerra en la Liga BBVA.

Ganaron los de la penta con gol de Fernandinho cuando el partido tenía un olor insoportable a tiempo suplementario, y se llegó a ese final tan cruel porque el susodicho Rosetti castigó con cartulina roja directa un agarrón del bético Melli sobre el punta brasileño a la altura misma de la cal separadora de ambos terrenos.

Era el minuto 4 de partido y yo andaba todavía buscado postura en el sofá.

Si algún día le remuerde la conciencia y decide ojear el tanto en off-side del Apache ante México debería pedir el video de la acción que nos privó del segundo mundial juvenil y explicarnos a todos aquello de ocasión manifiesta de gol a cincuenta metros del arco rival.

A buen seguro que ese día dormirá infinitamente más tranquilo.

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