La tropa |
Aquel día, siendo un niño, soñé que tal vez algún día nosotros podríamos estar ahí. Y ese día llegó:
Domingo 11 de julio de 2010, 20:30 horas.
ESTADIO ELLIS PARK (Johannesburgo)
HOLANDA-ESPAÑA
Ha merecido la pena esperar tantos años
Mi primer encuentro con el fútbol creo que fue en el año ochenta y dos.
Acababa de cumplir siete años y un inoportuno sarampión me tenía atornillado al sofá del salón.
No había colegio ya, y si lo había no lo echaba de menos.
Entre picores y cucharadas de jarabe gastaba el tiempo viendo televisión.
Un hombrecito menudo y desgarbado hacía goles todas las tardes.
Se llamaba Paolo Rossi y tocó el cielo aquel verano.
Pero quién me marcó para siempre fue otro tipo que exhibía en el pecho una enseña similar.
Llevaba el catorce y lo recuerdo corriendo por el verde del Santiago Bernabéu poseído por no sé que extraña fuerza sobrenatural.
La fuerza del fútbol a once, supongo.
Los brazos abiertos y los puños apretados, mientras meneaba la cabeza de un costado a otro.
Nunca olvidaré aquella huida hacia ninguna parte.
Era Marco Tardelli, un defensor todo terreno reconvertido a medio volante de sutil y fino toque.
Acababa de batir a Harald Schumacher desde la frontal para colocar arriba a Italia en la final de la Copa del Mundo.
Ese día me enamoré de este juego, y también de los Zoff, Scirea, Gentile y Cabrini.
Ellos, junto a Rossi y Tardelli, saltaban cada domingo al Comunale con la camisola “bianconera” de la “Vieja Dama” y tal vez ahí me revelaron el mensaje:JUVENTUS: un modo di essere, di esprimersi e emozionarsi.
FORZA JUVE VINCI PER NOI!!!
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