El equipo de todos los españoles (José Angel de la Casa dixit) estrenó traje de etiqueta el 27 de mayo de 1934 para su debut oficial en una Copa del Mundo de la FIFA.
El recordable acontecimiento tuvo lugar en Génova con victoria de los nuestros por tres goles a uno frente al combinado brasileño.
Hablan las crónicas de la época de sobresalientes actuaciones del ariete del Real Oviedo Isidro Lángara, que acudió como siempre puntual a su cita con el gol, y del cancerbero del Real Madrid Ricardo Zamora, el Divino, que levantó un tabique de ladrillos entre los postes y el travesaño que resultó infranqueable incluso para Leónidas Da Silva, el Diamante Negro, centro delantero de hábil gambeta considerado por muchos el mejor que ha tenido jamás la selección pentacampeona.
Otro 27 de mayo, pero esta vez de 1981, otro guardameta del Real Madrid sería el triste protagonista de un partido disputado ante el Liverpool en el Parque de los Príncipes de París.
En juego nada menos que una Copa de Europa que viajaría finalmente de nuevo a las islas por culpa de un disparo que Alan Kennedy colocó por arriba en el palo corto de un jovencísimo Agustín.
Ya se hablaba entonces en el club de Luis de Carlos de la séptima pero aquellos eran otros tiempos, sobre todo en la prensa deportiva.
Sólo hay que echar un vistazo a la portada que traía El Mundo Deportivo de Barcelona el día de autos para darse cuenta de algo impensable en nuestros días,una primera dedicada prácticamente en exclusiva al partido del equipo merengue al otro lado de los Pirineos.
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