Un regalo para motivar a los oviedistas que acudan esta tarde al Nuevo Carlos Tartiere donde la historia debe pasar por encima del Pontevedra.
Una tapa de los buenos tiempos, la que traía el 22 de mayo de 1939 la revista El Gráfico de Argentina tras el maravilloso partido que Isidro Lángara, alineado por San Lorenzo de Almagro, se había sacado de la chistera ante el inaccesible River Plate en el Nuevo Gasómetro.
Cuatro goles como cuatro soles del "Tanque de Pasaia" unas pocas horas después de apearse del barco que le alejó de la Guerra Civil en España.
El viejo estadio de Buenavista fue testigo de la excepcional puntería de este guipuzcoano que salió tres veces máximo goleador de la liga vestido de azul y que llegó procedente del Tolosa para formar aquella inolvidable "delantera eléctrica" que los chavales de la época recitaban de carrerilla:
Casuco, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín.
Yo empujaré lo que pueda desde esta tierra que lo vió nacer un 25 de mayo de 1912.
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