viernes, 11 de diciembre de 2009

Ya no quedan románticos como Raúl Echevarría

Cuando el fútbol andaba poco menos que remangándose los pañales allá por los lejanos años veinte, en el país de Gardel (no se puede ser más argentino siendo hincha de Racing Club de Avellaneda) ya andaban a la gresca para no variar mucho.En medio de la guerra abierta entre la Asociación Argentina y la Asociación Amateurs , surgió la figura de un personaje que aparece con letras muy pequeñas, casi de contrato de seguro, en los libros de historia.

Se llamaba Raúl Echeverría y era el punta titular de Club Estudiantes de La Plata.

Contaba 26 años aquel mes de agosto de 1926, y tras hacerle tres goles a Gimnasia en el clásico de la ciudad de las diagonales, colgó las botas y dejó para siempre la práctica profesional del fútbol.

Aquel enorme partido había colmado sus aspiraciones como pelotero y como pincharratas.

Sólo espero que en diciembre ninguno de los arietes del TRI (ahora ya son tetracampeones de América, pero para uno siempre será el TRI) siga el ejemplo del bueno de Raúl.

En juego hay una Copa Intercontinental.

Nosotros no tenemos ninguna, a mayor gloria de algunos brasileños, pero ellos que son argentinos, ya saben lo que es pisar la cima del mundo.

En 1968 se llevaron por delante al todopoderoso United de Sir Matt Busby en el mismísimo Old Trafford de Manchester gracias a un gol de Juan Ramón Verón, apodado La Bruja, que aquella lluviosa tarde voló más alto que nadie para convertir el gol que puso adelante al pincha y que a la postre serviría para escribir la página más gloriosa de este humilde club al que muchos siguen empeñados en colocar al borde del grupo de Los Cinco Grandes (Boca, River, Racing, Independiente y San Lorenzo).

A esa legendaria contienda también llegaron de tapados y con algunas artimañas inusuales hasta entonces en los hombres de Osvaldo Zubeldía, lograron dejar enmudecido el Teatro de los Sueños.

El ManU presentaba jugadores de la talla de Stepney, Nobby Stiles, George Best, Bobby Charlton o Dennis Law y había pasado por encima del Benfica y el Real Madrid en las rondas previas y por si fuera poco, llegaba con el aval de la Copa del Mundo ganada por Inglaterra en su más que controvertido Mundial.

Es curioso ver como los ¿inventores? de este juego salieron campeones antes con el combinado nacional que con un equipo de club.

El Glasgow le ganó la Copa de Europa al año siguiente (1967) al Inter de Milán pero hincaría la rodilla ante Racing de Avellaneda por la supremacía del fútbol mundial.

La revancha estaba pues, servida.

La ida (25-09-1968) se escenificó en La Bombonera de Boca, llena hasta la bandera, y allí se impuso Estudiantes con un solitario gol del Negro Conigliaro mediada la primera entrega.

Las previas hablaban de los argentinos como un equipo "con un estado atlético fuera de lo común, a lo que unen una excelente constitución física fruto de largos y metódicos años de gimnasio. Su juego se adapta tanto a una labor ofensiva continuada como al clásico contraaataque. Poseen un buen toque de balón y no demoran las jugadas,dentro de un elevado ritmo.Destacan por su profundidad, visión de gol y su tiro al marco tanto desde media como corta distancia."

Pero de la literatura a la realidad de lo que ocurrió en el sembrado medió un abismo.

Nobby Stiles, lateral pequeño y desdentado,corriente entre los futbolistas corrientes ,campeón del mundo en el 66, con fama de gesticulante y de perpetua presencia en las libretas de los colegiados fue expulsado por un gesto al auxiliar que cubría su banda cuando éste le marcó una más que discutible posición de off-side.

Sin embargo el Narigón Bilardo, que le partió la ceja de un cabezazo al propio Stiles nada más comenzar a rodar la bola, y Pachame, que le clavó los tacos en la espinilla a Charlton para tres puntos de sutura, continuaron en el césped hasta el final del partido.

Satisfechos los dos contendientes con el resultado, se citaron para la segunda parte del cuento el 16 del mes siguiente.

"Se saca una falta a los seis minutos de juego desde la parte izquierda de la media inglesa. El balón pasa por encima de los jugadores situados ante la puerta y va a la parte derecha del ataque argentino,donde Verón, que había permutado su puesto,cabecea cruzado hasta la red (0-1)".

A partir del gol Estudiantes se defendió como gato panza arriba a base de patadón y tente tieso y plantillazos a cualquier red que osara asomar la nariz por el área de gol que resguardaba Poletti.

Por eso a los EUA hay que ir con la lección aprendida,que bajo esa aparente piel de cordero ya sabemos lo que hay, y sobre todo hay que tener cien ojos para el jugador que lleva la remera número 10, de nombre Juan Sebastián Verón, para todos los del fútbol La Brujita.

Su padre ya jodió a los ingleses hace cuarenta años y no es plan de que ahora el vástago nos chafe la sexta conquista del año.

Romanticismos los justos.

Fuentes:
Hemeroteca El Mundo Deportivo.
Historia del Fútbol Argentino (Diario La Nación)
Historia de los mundiales de fútbol de Brian Glanville (Ed.T&B Editores)

Fotos: La pelota no dobla

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