Enfrente colocaron los catalanes a los húngaros Kubala, Kocsis y Czibor comandados para verticalizar el juego desde el centro del rectángulo por el gallego de oro Luis Suárez.
Cayeron por tres goles a dos después de estrellar cuatro balones en la madera cuadrada del maldito estadio helvético.
Se conoce desde entonces aquella como "La final de los palos cuadrados".
Tal vez es por esto por lo que siempre creí y di por sentado que los porterías sólamente podían estar formadas por elementos de sección esférica, primero para evitar situaciones como la de aquella tarde y luego para salvaguardar la integridad física de los jugadores.
Pero cuál es mi sorpresa cuando hoy, al abrir las Reglas de Juego de FIFA autorizadas por el International Football Association Board, leo lo siguiente en la Regla 1: El Terreno de Juego:
" Los postes y el travesaño podrán tener forma cuadrada, rectangular, redonda o elíptica y no deberán constituir ningún peligro para los jugadores"
Y yo me pregunto, ¿habrán visto alguna vez en su vida estos vejestorios del International Board una elipse?
Y si es así, ¿hay algo más peligroso que golpearse la cabeza con una de las aristas vivas de un engendro cuadrado o rectangular?
En fín, que pasado mañana se sacarán de la manga otros cuatro jueces de poste para vigilar si alguien se deja los sesos allí.
Total, ¡qué importan cuatro dietas más¡
Eso sí,aquellas inolvidables porterías ataviadas con calcetines negros ahora estarían vulnerando el reglamento porque un párrafo más abajo se recalca que postes y travesaño deben pintarse de color blanco inmaculado.
¿Y el fútbol sala? Eso merece un capítulo a parte.
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