Ocurrió en Argentina, que un día, como si ocurriera el truco de magia de un ángel censor, la palabras se cayeron del diccionario.
No había árbitros en la a, ni balones con be y ni siquiera los delanteros goleaban en la de.
Los encuentros no empezaban por e y tampoco había porterías en esa letra donde anotar penaltis con pe.
Luego de mucho buscar,dieron con ellas, todas juntitas, en la tapa del Diario Olé, como queriendo pasar desapercibidas en la crónica de un juego de la fecha anterior:
"Y entonces el referi cobró penal, que ejecutó el puntero propietario colando la redonda en el arco y sentenciado definitivamente el match".
Aseguraron después que un mesías pasó y que pronto abrazaron el evangelio que, según cuentan, traía de un nuevo Dios.
Un D10S del fútbol tal vez.
¿En Argentina? Puede ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario