Cuando aquí en España sea madrugada cerrada (las 21:50 horas en Uruguay) Peñarol jugará por su sexta corona en la Libertadores, para igual a Boca y poner el jaque en trono de Independiente (el rojo tiene siete y manda todavía). Será tan sólo la primera parte de la final, pero el carbonero estará alentado desde la tribuna del Centenario por Diego Forlán (se inició ahí y su padre ganó la del 66), recién nombrado socio 40.000 del club aurinegro y que hace poco declaró que "faltaría el respeto a la afición del Atleti, porque no soy hincha rojiblanco. Sólo besaría el escudo de Peñarol y de Uruguay".
Enfrente el Santos de Neymar y Ganso, y en la memoria los duelos iniciales del trofeo, allá por los años sesenta, cuando las figuras se llamaban Pelé y Alberto Cabeza Mágica Spencer.
Los barcelonistas de allí y de acá estaremos pendienes, no en vano, de ese duelo cargado de historia, debe salir el rival para el Mundial de Clubes del mes de diciembre.
Los uruguayos parten con ventaja. Con videos como éste es difícil de la copa no vuelva a Montevideo.
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